La necesidad de estar conectados a la tecnología es parte esencial en la vida cotidiana de muchas personas Sin embargo, muchas veces ignoramos el impacto que estos dispositivos tienen en nuestra factura de electricidad. De forma individual, el costo de utilizar un cargador puede parecer insignificante. No obstante, cuando consideramos a millones de usuarios, esas pequeñas cantidades se transforman en una carga considerable para nuestros bolsillos.
Un hábito común que muchos de nosotros tenemos es dejar los cargadores conectados incluso cuando no están en uso. Aunque esto parece un gesto inofensivo, en realidad, es un derroche de energía que puede parecer trivial, pero que, a largo plazo, puede representar un ahorro significativo al desconectar el cargador. Este simple acto puede culminar en un considerable alivio para nuestras finanzas.
1EL CONSUMO QUE AUMENTA TU FACTURA DE LUZ
Los dispositivos eléctricos a menudo consumen energía incluso cuando están inactivos, en lo que se denomina «consumo fantasma. Este fenómeno ocurre cuando los aparatos están en modo de espera o stand-by, permaneciendo enchufados a la electricidad y manteniendo ciertos circuitos activos. Muchos de estos dispositivos, como cargadores, televisores y electrodomésticos, continúan extrayendo energía a pesar de que no los estamos utilizando de manera activa. Por ejemplo, un cargador de teléfono puede seguir consumiendo energía aunque no haya un dispositivo conectado y parezca que está apagado.
Esto sucede porque, en muchos casos, los cargadores y los aparatos están diseñados para estar listos para funcionar en cualquier momento, lo que implica que requieren siempre una pequeña cantidad de energía. Se estima que un cargador puede consumir entre 0.1 y 0.5 vatios cuando no está en uso. Al final de cada mes, estos desperdicios de energía se convierten en un costo adicional en nuestras facturas de electricidad, un gasto que podría evitarse simplemente desconectando los dispositivos que no estamos utilizando.