Apple vuelve a encontrarse de frente con Bruselas. En esta ocasión la multinacional a conseguido ponerse otra vez bajo un nuevo escrutinio de los reguladores antimonopolio de la Unión Europea por las nuevas tarifas que la marca tecnológica quiere aplicar a los desarrolladores de aplicaciones que quieren alojarse en sus sistemas. A la UE le preocupa el posible aumento de costes que esta subida puede suponer para los fabricantes de software.
Los organismos de control de la Comisión Europea hicieron circular recientemente una nueva ronda de cuestionarios centrados en hallar la realidad de las cifras de la «tarifa de tecnología básica» del fabricante del iPhone. Así, encontraron que la compañía había establecido un nuevo cargo de 0,50 euros (0,51 dólares) por aplicación instalada que se aplica a los desarrolladores.
Este escrutinio adicional al de los controles habituales se ha producido justo cuando los jefes de Silicon Valley han instado al presidente entrante Donald Trump a desafiar los esfuerzos de la UE para frenar los supuestos abusos de las grandes tecnológicas, y el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, criticó las multas del bloque como «casi un arancel» contra las empresas estadounidenses.
Los cuestionarios que Bruselas hizo llegar en diciembre a los creadores de aplicaciones son parte de una investigación en curso realizada por el ejecutivo de la UE sobre la nueva estructura de tarifas de Apple, que la compañía introdujo como un esfuerzo para cumplir con la Ley de Mercados Digitales del bloque de los 27.
APPLE ENZARZADA CON EUROPA
Y que Apple dio a los desarrolladores la opción de permanecer en los términos existentes de la empresa hasta ahora, por la que pueden imponer una comisión sobre las ventas de apps de hasta un 30%, o adoptar la nueva estructura, que reduce esa comisión, pero introduce otros cargos.
Los reguladores europeos han preguntado a las empresas afectadas si estos gravámenes reestructurados podrían llegar a trasladarse a los consumidores y usuarios europeos como costes o subidas de tarifas por las descargas o la utilización de esas aplicaciones. La UE ha tratado de saber si los estas empresas creadoras de apps se iban a ver finalmente obligados a modificar sus propios modelos de negocios si adoptan la nueva estructura de tarifas de Apple, y si la predicción de la empresa de que el nuevo sistema ayudará a reducir los costos para los desarrolladores es correcta.
La UE investiga si los estas empresas creadoras de apps se iban a ver finalmente obligados a modificar sus propios modelos de negocios si adoptan la nueva estructura de tarifas de Apple
Han sido fuentes relacionadas con las compañías de apps las que han explicado la existencia de esta nueva investigación sobre Apple por parte de Bruselas, ya que ni la multinacional estadounidense ni el gobierno europeo han querido comentar nada en absoluto sobre el tema.
La nueva auditoría podría eventualmente llevar a la romisión a decidir que los esfuerzos de Apple para cumplir con la ley de Mercado Digitales (DMA) son insuficientes y ordenar a la compañía que revise los términos para los desarrolladores en su App Store para cumplir con las reglas.
Cabe recordar que la DMA impone una serie de cuestiones que se deben o no hacer por parte de las plataformas tecnológicas más grandes del mundo, y que de no cumplirse, pueden acarrear a las multinacionales (principalmente norteamericanas y chinas) multas de hasta el 10% de los ingresos anuales de la empresa a nivel mundial por incurrir en infracciones de la Ley.
Los investigadores de la Comisión Europea se han propuesto analizar en profundidad el ecosistema de apps de Apple bajo las normas de la DMA por sospechar que se basa en prácticas monopolistas y abusivas. Apple se enfrenta al riesgo de recibir una fuerte multa por impedir los esfuerzos de desarrolladores externos para dirigir a los usuarios hacia ofertas y promociones más baratas fuera de la App Store, otra obligación en virtud de la nueva ley.
LAS OTRAS MULTAS TECNOLÓGICAS DE EUROPA
Si la UE le impusiera nuevas multas a Apple se sumarían a la sanción de 1.800 millones de euros que ya le puso Europa el año pasado por dificultar que las aplicaciones de streaming de música ofrecieran ofertas más baratas. Igualmente, el fabricante del iPhone también se ha visto obligado a abrir su chip de pago para sus modelos de smartphones, altamente protegidos, a las aplicaciones de cartera digital (e-wallet) rivales a la suya propia, en una investigación separada de las ya referidas.
La UE tiene varios casos en curso sobre supuestos abusos por parte de gigantes tecnológicos, pero estos procesos, y en general el enfoque regulatorio de la Unión Europea, podría encontrarse son serios problemas por las tensiones que se avecinan con el presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, quien irrumpió en la victoria electoral el año pasado con una candidatura desafiante con el slogan por delante que dice «Estados Unidos primero».
Si la UE le impusiera nuevas multas a Apple se sumarían a la sanción de 1.800 millones de euros ya le puso Europa el año pasado por dificultar que las aplicaciones de streaming de música ofrecieran ofertas más baratas
La UE también está llegando al final de una investigación que se espera que ordene a Google que desmantele su enormemente rentable división publicitaria, Microsoft sigue bajo escrutinio por supuestos abusos con su aplicación de videoconferencia Teams, y Meta, recién multada con 798 millones de euros, está siendo investigada por su modelo de «pago o consentimiento» para Instagram y Facebook.
Sin embargo, la compañía que mayores retos plantea a la Europa de los 27 es X, y se enfrenta al dilema de cómo regular la plataforma en expansión del inefable Elon Musk. El hombre más rico del mundo no solo ha sido el mayor apoyo de Donald Trump, a cuya campaña electoral ha donado más de 274 millones de dólares, y que desde entonces ha asumido un puesto al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de la administración entrante, encargado de reducir el gasto federal.
El neoliberalismo del dueño de X, que sostiene que cualquier falacia vertida en su red es libertad de expresión por muy falsa que sea, está bajo la lupa de Bruselas, que escudriña los contenidos de la red social por no abordar todo tipo de contenido ilegal, como parte de la Ley de Servicios Digitales del bloque, que determina multas de hasta el 6% de los ingresos de una empresa.