viernes, 10 enero 2025

PPAs y centros de datos, el binomio de oro de las energías limpias

Es de general conocimiento que las empresas tecnológicas, que garantizarán una colosal demanda energética a través de los centros de datos, van a ser -ya lo están siendo- los grandes clientes de los operadores de energías renovables. Esta nueva tecnología, cuyo potencial de desarrollo -y, por ende, de consumo eléctrico- no tiene techo, tiene en los acuerdos de compra de energía (PPAs, por sus siglas en inglés) una fórmula contractual a medida para ambas partes, tanto el propietario del hub de información como el productor de energía limpia.

En un reciente informe, Paul O’Donnell, socio de la gestora de inversiones renovables Schroders Greencoat, señala el océano de oportunidades que la escalada en la demanda eléctrica representa para los operadores de energías ‘verdes’. Este potencial de negocio, matiza, no se limita a la demanda de desarrollo; también existe la posibilidad de que la creciente necesidad de los operadores de centros de datos de asegurar la energía para sus instalaciones se traduzca en un mayor uso de mecanismos contractuales que ayuden a afianzar y mejorar el valor de los activos renovables.

Esta tendencia es la raíz de la irrupción en el mercado de los PPAs, contratos realizados entre generadores y usuarios finales que permiten a las empresas satisfacer su creciente demanda de electricidad renovable al tiempo que proporcionan a los operadores de renovables flujos de ingresos estables, a largo plazo y por contrato. Un win-win de manual que, como es lógico, ha desatado una auténtica fiebre en el sector.

LOS PPAS permiten a los centros de datos satisfacer su demanda de electricidad renovable al tiempo que proporcionan a los operadores de renovables flujos de ingresos estables, a largo plazo y por contrato; UN ‘WIN-WIN’ DE MANUAL

O’Donnell recuerda que el número y el valor de los PPAs de energías renovables en Europa no ha dejado de crecer en los últimos años, hasta alcanzar cerca de 46 gigavatios (GW) de capacidad contratada acumulada desde 2013. El aumento de la demanda de energía renovable, junto con la volatilidad de los precios de la energía en general (que en los últimos tiempos ha afectado especialmente al gas) ofrece a los propietarios de activos la oportunidad de fijar precios atractivos a través de estos PPAs.

El experto subraya que la existencia de una demanda de mayor inversión y desarrollo para aumentar la capacidad de los centros de datos deriva en la urgencia de incrementar el suministro de energías renovables para satisfacer la creciente demanda de forma sostenible. Esta realidad, ya presente en el mercado, se enmarca en una necesidad más amplia de invertir en tecnologías para la transición energética que permitan un futuro con bajas emisiones de carbono.

Las empresas tecnológicas y de centros de datos ya están invirtiendo mucho en este campo y se espera que se beneficien de estas tendencias en rápida evolución. Pero, en opinión del socio de Schoders Greencoat, es necesario un mayor capital, especialmente por parte de inversores con un horizonte de crecimiento a largo plazo. Además, asevera O’Donnell, existen claras sinergias entre el sector inmobiliario tradicional y las inversiones en infraestructuras renovables básicas, lo que se traduce en oportunidades atractivas que pueden desbloquear valor a largo plazo.

LA NUCLEAR, EL OTRO GRAN PROVEEDOR DE LOS CENTROS DE DATOS

Por otro lado, los operadores de centros de datos, que tienen necesidades obvias de fiabilidad del suministro y seguridad de los precios, han empezado a encontrar o desarrollar sus propias fuentes de energía descarbonizada.

Esta política de autoprovisión se puede observar en la decisión de Microsoft de alimentar sus centros de datos con la avanzada tecnología nuclear de los Reactores Nucleares Pequeños (SMR) y microrreactores. El pasado octubre, los padres de Windows anunciaron la contratación de un director de programa de tecnología nuclear para dirigir la integración global de estas instalaciones.

Los SMR son unidades de generación atómica con una capacidad de potencia de hasta 300 megavatios (MW) por unidad, lo que representa cerca de un tercio de la capacidad de generación de los reactores nucleares de potencia tradicionales.

Este tipo de instalaciones, pese a su menor potencia en comparación con las centrales de uranio al uso, ofrecen ventajas como la producción simultánea de calor y energía, la funcionalidad sin necesidad de agua de enfriamiento y la quema de residuos nucleares. De este modo, este tipo de reactores tienen una versatilidad que los convierte en la clave para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas, especialmente en áreas como la industrial y la tecnológica.


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