La Dirección General de Tráfico (DGT) ha alertado con datos concretos sobre la actividad de los radares fijos en las carreteras españolas. Uno de los más temidos se sitúa en el punto kilométrico 20,2 de la M-40, muy cerca de Mercamadrid. Este radar ha registrado 118.149 denuncias solamente en el año 2023, lo que equivale a un promedio de una multa cada cuatro minutos y medio. Este hecho ha convertido a este dispositivo en el más ‘multón’ del país, desatando el miedo entre los conductores que circulan por esa vía.
La frecuencia de las infracciones ha puesto de manifiesto un problema subyacente, la falta de respeto a los límites de velocidad establecidos y la presión fiscal que esto genera sobre los bolsillos de los ciudadanos. La actividad de este radar particular se ha incrementado notablemente en comparación con otros radares, lo que ha suscitado un debate sobre la efectividad y la cantidad de dichos dispositivos a lo largo del país. Estos datos revelan no solo el comportamiento del tráfico, sino también la necesidad de una mayor concienciación entre los conductores respecto a las normas viales.
3EL IMPACTO ECONÓMICO EN LOS CONDUCTORES
La gran cantidad de multas generadas por este radar ha puesto en el punto de mira el impacto económico que estas sanciones tienen en los conductores. A un costo promedio de 100 euros por multa de exceso de velocidad, esto se traduce en una recaudación significativa para la administración pública, pero una carga considerable para quienes son multados. Operar un vehículo en esta área se ha convertido en un juego de cálculo de riesgos, donde los conductores deben sopesar la posibilidad de ser sancionados contra la urgencia de llegar a su destino.
Para muchos, esta situación es frustrante, ya que la frecuencia de las multas puede comprometer el presupuesto familiar. Mientras algunos pueden permitirse el pago de múltiples sanciones, otros ven en ellas una traba económica que afecta sus finanzas diarias. Además, el hecho de que se genere una infracción casi cada cuatro minutos pone en evidencia que muchos conductores siguen sin respetar los límites establecidos, lo que plantea la pregunta sobre la eficacia de la educación vial en España.
