Vladimir Putin ha descartado la posibilidad de que antes de fin de año se pueda extender el acuerdo que permite la llegada de gas ruso a Europa y los precios no han tardado en coger una pulmonía. El líder del Kremlin se regodea en las alzas de la materia prima –«No somos nosotros los que provocamos esto, es la política de ellos», ha dicho-, pero lo cierto es que cada día que pasa está más cerca de entregarle el mercado europeo a Washington en bandeja de plata.
El gas natural europeo se disparó después de que el presidente ruso generara más dudas sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo para mantener el flujo del hidrocarburo hacia Europa a través de Ucrania. Los futuros de referencia subieron hasta un 5% el viernes, el mayor aumento en una semana. Putin dijo el jueves que sería imposible organizar un nuevo contrato de tránsito antes de fin de año, cuando expira el acuerdo actual.
Las naciones de Europa Central que todavía compran gas ruso han propuesto soluciones alternativas para mantener el flujo de combustible a través de Ucrania, pero el presidente Volodímir Zelenski ha rechazado cualquier acuerdo que envíe dinero a las arcas rusas mientras continúa la guerra.
UCRANIA TRABAJA EN ‘DIFERENTES FORMATOS’ PARA SALVAR EL GAS EUROPEO
Según la situación actual, no habrá tránsito de gas ruso a partir del 1 de enero, dijo el viernes Heorhii Tykhyi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania.
Aun así, las conversaciones continúan en los días restantes del año, y no se puede descartar completamente un acuerdo de último minuto, especialmente considerando el historial de arreglos de este tipo alcanzados en el último momento durante disputas de gas previas entre las dos naciones.
Si Ucrania recibe propuestas de la Comisión Europea sobre la continuación del tránsito, está dispuesta a considerarlas y garantizar la «seguridad energética de la región», afirmó Tykhyi. Se están llevando a cabo algunas consultas en «diferentes formatos», aunque «no con Rusia, por supuesto», agregó.
Mientras tanto, no se reservó capacidad en el punto fronterizo entre Eslovaquia y Austria para enero durante las subastas del viernes.
LOS FLUJOS DE GAS EN RIESGO REPRESENTAN APROXIMADAMENTE EL 5% DE LA DEMANDA EUROPEA, Y DE PERDERSE, OBLIGARÍAN AL CONTINENTE A DEPENDER MÁS DEL SUMINISTRO NORUEGO Y DEL GNL ESTADOUNIDENSE
Putin reconoció el jueves que las diversas propuestas sobre la mesa -como permitir que Hungría, Eslovaquia, Turquía o Azerbaiyán tomen el control del gas enviado a través de Ucrania- son difíciles de realizar porque Gazprom, la gasística nacional rusa, tiene contratos a largo plazo que son difíciles de modificar.
Los flujos en riesgo representan aproximadamente el 5% de la demanda europea. Aunque es una pequeña porción del mercado, la pérdida de esos volúmenes obligaría a los países a depender más del gas transportado por tuberías desde Noruega o de suministros licuados provenientes de EEUU.
Los comerciantes en Europa están monitoreando de cerca los niveles de almacenamiento de gas en la región, que actualmente están por debajo del 75%.
Putin también afirmó que una demanda presentada por la empresa ucraniana Naftogaz, que alega que Gazprom no ha pagado completamente por los servicios de tránsito, es otra barrera para alcanzar un acuerdo. Según él, esa reclamación debe ser retirada para que se pueda firmar cualquier acuerdo de tránsito.
Los futuros holandeses para el próximo mes, el índice de referencia del gas en Europa, subieron un 3,38%, hasta 47,27 euros por megavatio hora (MW/h) a las 12:13 en Ámsterdam.
WASHINGTON COGE EL TESTIGO
La semana pasada, el recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, echó mano de su habitual dialéctica de choque para dejar claro a Europa que solo tiene dos opciones: ser cliente de sus hidrocarburos o enemiga jurada. Sin embargo, el controvertido mandatario no necesita recurrir a la coacción: a tenor de la situación con Rusia, tendrá en el Viejo Continente un comprador complaciente y predispuesto.
«Le dije a la Unión Europea que deben compensar su tremendo déficit con los Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, ¡se aplicarán aranceles!», bramó Trump a través de la red Truth Social.
Entretanto, Estados Unidos ya ha comenzado las exportaciones desde su octava planta de gas natural licuado (GNL), consolidándose como el mayor proveedor del mundo y proporcionando más combustible a Europa.
LA EVOLUCIÓN DEL MERCADO DEMUESTRA QUE TRUMP NO NECESITA RECURRIR A LAS AMENAZAS: LA SITUACIÓN CON RUSIA HACE DE EUROPA UN CLIENTE COMPLACIENTE Y PREDISPUESTO DEL GAS ESTADOUNIDENSE
El primer envío desde la planta Plaquemines, propiedad de Venture Global LNG, partió de las instalaciones el jueves, según un comunicado del productor con sede en Arlington, Virginia. La carga fue embarcada en el buque de la compañía, Venture Bayou, y se dirige hacia EnBW Energie Baden-Wuerttemberg AG, en Alemania.
El buque Venture Bayou LNG salió de la planta de exportación Plaquemines en Luisiana, según datos de rastreo de barcos citados por Bloomberg. Otro buque, Venture Gator, está anclado cerca y podría recoger el segundo envío de la instalación.
La planta Plaquemines, que comenzó a producir GNL a mediados de diciembre, es la segunda instalación de exportación de Venture Global. La planta «producirá y exportará GNL mientras continúa la construcción y puesta en servicio del resto de los 36 trenes del proyecto y sus instalaciones asociadas», según ha informado la compañía propietaria en un comunicado.
Europa ha estado recurriendo al GNL de EEUU como forma de reemplazar el gas ruso transportado por tuberías desde la invasión de Ucrania en 2022.