El jamón ibérico es una de las joyas de la gastronomía española, un producto que combina tradición, excelencia y un sabor inigualable. Su presencia es obligatoria en las mesas de Navidad, acompañando quesos y vinos, y se ha convertido en un símbolo de calidad reconocida a nivel mundial. Su textura, aroma y sabor únicos son fruto de una cuidadosa crianza y curación que distingue a este embutido de cualquier otro. Sin embargo, no todos los jamones ibéricos son iguales, y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio para determinar cuál es el mejor jamón relación calidad precio disponible en los supermercados.
Con la llegada de la temporada festiva, encontrar un buen jamón que no desestabilice el presupuesto se vuelve crucial para muchas familias. La OCU ha valorado varios factores clave para identificar un ganador: desde la calidad de la grasa hasta la cantidad de sal, pasando por el sabor y los conservantes. Este análisis ofrece una guía práctica para quienes buscan disfrutar de un jamón ibérico de calidad sin gastar una fortuna.
3Los factores que hacen único al jamón ibérico
El jamón ibérico es reconocido por su textura sedosa, sus vetas de grasa infiltrada y su aroma intenso. Estas características se deben a dos factores principales: la raza del cerdo y su alimentación.
Los cerdos de raza ibérica poseen una genética única que les permite acumular grasa en el interior de los músculos, lo que se traduce en un jamón jugoso y lleno de sabor. Dependiendo del porcentaje de pureza de la raza, el jamón puede clasificarse como 50%, 75% o 100% ibérico, siendo este último el más exclusivo.
Por otro lado, la alimentación también juega un papel crucial. Los cerdos criados a base de pienso producen jamones más económicos, mientras que aquellos que se alimentan con bellotas en la dehesa generan los jamones de mayor calidad. El proceso de curación, que puede durar hasta 48 meses, completa el ciclo de elaboración, aportando los matices finales al sabor del jamón.