Knut Hellandsvik, jefe de renta variable de la gestora noruega DNB AM, del grupo DNB, el mayor grupo de servicios financieros de Noruega anticipa una revalorización promedio de las bolsas mundiales de entre el 5% y el 10% para 2025 y ve un interesante potencial en Europa.
El 2024 se perfila como otro gran año para el mercado de renta variable mundial, con el índice MSCI World subiendo alrededor de un 20%. Desde octubre de 2022, el índice ha subido un 60% por ciento. La pregunta es si subirá aún más o si es hora de recoger beneficios.
Predecir el futuro del mercado de valores no es tarea fácil, como nos han enseñado los últimos cinco años. Fue una época llena de acontecimientos que difícilmente se podían esperar. Estos van desde la pandemia mundial hasta una guerra en toda regla en el continente europeo. A pesar de todos los titulares negativos, el mercado bursátil mundial ha demostrado ser resistente. Todos los principales mercados regionales han experimentado un aumento de las valoraciones en 2024.
S&P 500: el mercado cree que el beneficio de dos dígitos continuará durante todo 2025
No es de extrañar que Estados Unidos también esté a la vanguardia en este aspecto. La relación precio-beneficio a 12 meses del mercado bursátil estadounidense está muy por encima del máximo anterior de 20 años y promedio histórico. Esto es cierto incluso si se excluyen las grandes acciones tecnológicas. En comparación, Japón y Europa cotizan en línea con su media de los últimos 20 años, mientras que China cotiza por debajo de este nivel. Teniendo esto en cuenta, ¿qué debemos esperar del mercado bursátil mundial en 2025?
La nueva presidencia de Trump, combinada con una mayoría republicana en el Congreso, significa un cambio de régimen para la economía y los mercados globales. A corto plazo, esperamos que la Trumpnomics tenga un impacto positivo en el mercado bursátil estadounidense, ya que es probable que bajen los impuestos y que haya menos regulación.
Es probable que esto tenga un efecto reflacionario y desencadene una recuperación más amplia que también afectará a las pequeñas y medianas empresas, beneficiando especialmente a las partes cíclicas y orientadas al valor del mercado de renta variable. El índice Russell 2000 ha tenido un rendimiento muy inferior al índice S&P 500 durante dos años consecutivos y podría experimentar un repunte significativo el próximo ejercicio.
Bolsas de Europa
La región cotiza con un descuento récord con respecto a Estados Unidos. De hecho, Europa ha tenido un rendimiento inferior al de EEUU en ocho de los últimos diez años, y este año es probable que el bajo rendimiento en términos de dólares sea el peor de la historia. No es de extrañar que el sentimiento entre los inversores globales hacia la región sea abismal, y que la mayoría esté infra ponderado.
Incluso ahora, a los inversores les resulta difícil ver mucho potencial dado el débil crecimiento económico, la baja demanda china, la inestabilidad política y el riesgo de un aumento de los aranceles estadounidenses. Nuevos recortes de los tipos de interés por parte del BCE, un euro más débil y una política más favorable al mercado podrían ser factores desencadenantes positivos de una mejor rentabilidad de la renta variable.
A pesar de las elevadas valoraciones en la Bolsa de EEUU, 2025 debería ser otro año positivo
Entre las empresas globales que cotizan en Europa, vemos buenas oportunidades para algunas que cotizan con un descuento significativo respecto a sus homólogas estadounidenses. En cuanto a los sectores, las acciones de lujo han tenido un mal comportamiento recientemente en medio de la débil demanda china y una desaceleración general del crecimiento tras el auge del Covid.
Sin embargo, en vista de la fuerte demanda de Oriente Medio y EE UU, todavía vemos margen alcista para los objetivos de precios. Además, algunos de los principales valores tecnológicos y sanitarios de Europa nos parecen de bajo riesgo.
Japón
También seguimos atentos a la bolsa japonesa que, tras un buen comienzo de año, sufrió la reversión de las operaciones de carry trade a principios de agosto y las turbulencias políticas de otoño. Pero la historia de crecimiento subyacente permanece intacta, impulsada por la reflación interna, el crecimiento de los salarios reales, la debilidad del yen, la aceleración de las recompras de acciones y las reformas corporativas en curso. Desde nuestro punto de vista, el sector industrial y las empresas que están orientadas al consumidor doméstico son positivos.
Bolsas emergentes
Podría ser otro año difícil para los mercados emergentes, ya que las perspectivas de un dólar fuerte y continuado siguen siendo nuestro escenario base. Por lo tanto, recomendamos que los inversores sean selectivos. China sigue afrontando un desafío, ya que la demanda interna continúa siendo débil tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Los programas de estímulo del gobierno aún no han demostrado ser lo suficientemente efectivos para impulsar el consumo interno. Además, una intensificación de la guerra comercial con Estados Unidos no mejoraría las perspectivas. Seguimos viendo a India como un ganador neto a medida que las empresas globales reducen su exposición a China.
En resumen, no esperamos una rentabilidad del 20% para la renta variable mundial por tercer año consecutivo, sino una ganancia más moderada del 5-10%, impulsada principalmente por el crecimiento de los beneficios. Creemos que la diversificación dará sus frutos, ya que vemos un panorama de rentabilidad más amplio: las empresas más pequeñas, las acciones de valor y los cíclicos deberían tener el potencial de obtener un buen rendimiento. Por último, esperamos un mercado volátil dado un contexto geopolítico muy incierto y una Casa Blanca impredecible.