La búsqueda de la felicidad ha fascinado a científicos, filósofos y psicólogos durante siglos. Sin embargo, según la Universidad de Oxford, la clave para alcanzar este estado no siempre se encuentra en grandes logros o eventos extraordinarios. En un estudio revelador, los investigadores han identificado que un gesto tan simple como una caricia o un abrazo puede tener un impacto profundo en nuestro bienestar emocional. Estos actos cotidianos no solo fortalecen los lazos humanos, sino que también son capaces de llenar de felicidad tanto a quienes los dan como a quienes los reciben.
2Las caricias: pequeñas acciones con grandes beneficios
Uno de los descubrimientos más interesantes de los estudios de Oxford es el efecto de las caricias lentas en el cerebro humano. Este tipo de contacto estimula un grupo específico de nervios conocidos como fibras C táctiles. Estos nervios tienen una conexión directa con las áreas del cerebro responsables del placer y la felicidad. Cuando se activan, liberan endorfinas, las hormonas de la felicidad, que producen una sensación de bienestar similar a la de los opiáceos, pero sin los efectos secundarios negativos.
Las caricias, además de ser una forma de mostrar afecto, tienen el poder de aliviar el estrés y reducir la percepción del dolor, creando un efecto calmante que fortalece tanto la conexión emocional como el equilibrio psicológico.