Iberdrola es probablemente la chica más guapa de la fiesta energética, pero también la más endeudada. Los muchos ceros en el ‘debe’ de sus cuentas son el motivo de que cimente su faraónica estrategia de expansión en grandes acuerdos de colaboración, proyectos conjuntos y marcas comerciales alternativas. La eléctrica vasca tiene una comparsa para cada tema, especialmente si la música es internacional.
Rara es la semana que la prensa no se desayuna con una nueva joint venture o contrato de colaboración firmado por Iberdrola. Algunos tan insospechados como el suscrito con la Asociación Empresarial Cárnica (Anafric), que este lunes se ha unido a la energética liderada por Ignacio Sánchez Galán en un convenio de colaboración para promover la electrificación y la descarbonización de sus empresas asociadas.
LA PROMOCIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD Y LA DESCARBONIZACIÓN ES UNO DE LOS VECTORES PRINCIPALES DE LA POLÍTICA DE ALIANZAS DE IBERDROLA
La colaboración pone a disposición de Anafric la variedad de soluciones de que dispone Iberdrola para lograr una reducción en el consumo de energía y de emisiones. Incluirá, además del suministro de electricidad, apoyo en la electrificación de procesos térmicos con bombas de calor, instalación de fotovoltaica para autoconsumo, proyectos de movilidad eléctrica o compra de certificados de ahorro energético (CAEs).
El apretón de manos con Anafric ha llegado cuando aún no se han cumplido dos semanas desde la confirmación de una alianza análoga con la Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (Ashrae). Este acuerdo tiene como objetivo la promoción de iniciativas conjuntas en el ámbito de la sostenibilidad y la tecnología ‘verde’.
IBERDROLA Y KANSAI, SOCIOS EN ALEMANIA
Sin embargo, el campo donde a Iberdrola le llueven de verdad las ‘novias’ es el de la eólica marina. La compañía cuenta con una cartera offshore envidiable, con activos de gran importancia en países como Estados Unidos (Vineyard Wind One) Reino Unido (East Anglia Three), Francia (Saint-Brieuc) y Alemania (Windanker y Baltic Eagle).
Precisamente en el país germano es donde ha recibido a su último gran colaborador para un proyecto de energía de viento: la japonesa Kansai. Iberdrola ha extendido a la eléctrica nipona la alfombra roja en su proyecto eólico marino de Windanker, ya en construcción, en el que Kansai alcanzará una participación del 49%, a cambio de unos 150 millones de euros. La española, por su parte, mantendrá el control con el 51% restante, el porcentaje que habitualmente se reserva para este tipo de operaciones.
Al otro lado del ‘charco’, Iberdrola ha encontrado en su filial estadounidense, Avangrid, la encarnación perfecta en el negocio de las energías renovables
Tras el cierre de la operación, Kansai deberá contribuir, en proporción a su participación, a los costes de construcción del Windanker. El parque eólico marino, situado en el Báltico alemán, tendrá una capacidad instalada de 315 megavatios (MW) y estará operativo en el último trimestre de 2026. Iberdrola controlará y gestionará los activos, prestando servicios de construcción, operación y mantenimiento y otros servicios corporativos.
La transacción solidifica las relaciones de ambas empresas, ya fluidas desde la adquisición por Iberdrola de Electricity North West (ENW), en cuyo capital Kansai cuenta con una participación del 12%.
Al otro lado del ‘charco’, Iberdrola ha encontrado en Avangrid la encarnación perfecta. La filial estadounidense de energía ‘verde’, que se encuentra en la última etapa del proceso administrativo para su integración total en la eléctrica vasca, ha sido reconocida por la revista Newsweek como una las empresas más ecológicas de Estados Unidos.
Galán también busca acompañante en el negocio de moda: el de los centros de datos. Iberdrola ha creado al efecto CPD4Green, una nueva sociedad dedicada a convertir terrenos en centros de datos operativos las 24 horas al día y siete días a la semana. La eléctrica ha afirmado «que esperan poder cerrar en el corto plazo» la búsqueda de un socio financiero para materializar el proyecto.
DIVERSIFICACIÓN, REDES Y DEUDA
Estas irrefrenables ganas de ‘hacer amigos’ se explican, fundamentalmente, a través de dos factores: la diversificación y la deuda.
Iberdrola va muy en serio con su estrategia de negocio, consistente en variar al máximo sus fuentes de ingresos y priorizar la inversión en redes eléctricas. Tanto, que a finales de noviembre incrementó su ya colosal volumen de obligaciones -es la empresa más endeudada del Ibex35- en 1.760 millones de euros, procedentes de tres operaciones en mercados tan dispares como los bonos ‘verdes’, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el mercado ‘Kangaroo’ australiano.
El pasado marzo Iberdrola presentó un nuevo enfoque estratégico que relegaba a un segundo plano la inversión en renovables para poner el acento en un activo imprescindible para la transición energética: la infraestructura de redes eléctricas.
La compañía aceleró la cantidad que destinará a redes en cerca de un 35%, aplicando más filtros en todo lo relacionado con la producción ‘verde’.