Bárbara Rey ha desatado una nueva tormenta mediática, esta vez dirigiendo sus dardos hacia su hijo, Ángel Cristo Jr., en un enfrentamiento familiar que ha captado la atención de toda España. En su segunda aparición en un programa de Telecinco, la ex vedette no ha tenido reparos en responder a las acusaciones de su primogénito, quien semanas atrás la acusó públicamente de haberlo drogado con orfidal cuando era un bebé y de haber priorizado sus propios intereses a lo largo de su vida. Este conflicto, que comenzó con la ruptura de la relación entre madre e hijo y la posterior publicación de unas comprometedoras fotografías de Bárbara Rey junto al rey emérito don Juan Carlos, ha alcanzado un nuevo nivel de tensión con las declaraciones de la artista.
2¿Cómo ha reaccionado Ángel Cristo?

Bárbara Rey no se detuvo ahí y lanzó un mensaje contundente a su hijo: «No te olvides de que tienes una hermana a la que has tratado muy mal y a mí también, pero a tu hermana peor que a mí. Peor porque ha tenido tu maldad y mi desprotección. Te he protegido a ti y a ella no. Ahora me toca proteger a mi hija, que daría su sangre por mí y que la habría dado por ti si se lo hubiera pedido, como le he pedido montones de veces que te hable cuando no quería saber de ti». Estas palabras reflejan la profunda herida emocional que ha dejado este conflicto en el seno de la familia.
La reacción de Ángel Cristo Jr. a las declaraciones de su madre aún está por conocerse, pero es evidente que la relación entre ambos se encuentra en un punto crítico. Mientras tanto, Bárbara Rey parece decidida a defender su posición y a proteger a Sofía de cualquier posible repercusión. La artista ha dejado claro que está dispuesta a enfrentar cualquier desafío para garantizar el bienestar de su hija, incluso si eso significa cortar definitivamente los lazos con su primogénito.
Este enfrentamiento familiar ha vuelto a poner a Bárbara Rey en el centro de la polémica, pero también ha sacado a la luz las profundas heridas y tensiones que han marcado su vida personal. Más allá de los titulares y las controversias, la historia de Bárbara y su familia es un recordatorio de cómo los conflictos no resueltos pueden fracturar incluso los vínculos más cercanos, dejando un legado de dolor y resentimiento que a menudo resulta difícil de superar.