Shell es la «opción estructuralmente sobre ponderada» en la guía de inversión de JP Morgan, que etiqueta al coloso del petróleo con un precio objetivo de 3.200 peniques (casi 39 euros). Su sólida cartera de proyectos y buen flujo de caja, en contraposición a una alta dependencia de las fluctuaciones de los hidrocarburos, son los fundamentos de esta valoración.
Comenzando por lo negativo, el informe destaca la alta exposición de Shell a la volatilidad y el precio del sector de petróleo y gas. La cartera del gigante angloneerlandés «ofrece una de las mayores exposiciones apalancadas a los precios del crudo entre las petroleras europeas, con un alcance global superior», señala el informe, que no obstante subraya su «posición ventajosa en Gas Natural Licuado (GNL)», sector en el que se alza como «principal actor».
Por otro lado, JP Morgan califica la actividad internacional de Shell como un «acelerado sprint de autoayuda», vertebrado en la entrega de más de 500.000 barriles de petróleo equivalente por día de proyectos upstream de petróleo y gas «de alto margen». El análisis resalta un potencial al alza en exploración en Namibia, la optimización y racionalización de la cartera de químicos y un programa de reducción de costos estructurales de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares.
SHELL CONSTRUYE EQUILIBRIO EN SUS BALANCES
Respecto al flujo de caja libre (FCF), JP Morgan considera que el perfil de Shell es «superior al de las supermajors globales». Partiendo de un precio por barril de petróleo de 70 dólares, prevé un rendimiento de FCF de 12,1% para los próximos dos años. «La métrica FCF/EV (flujo de caja libre/valor empresarial) favorece a Shell frente a BP de forma más marcada en el contexto del Reino Unido, debido al mayor apalancamiento financiero de BP», afirma.

La multinacional petrolera presenta, en general, un «retorno de efectivo y punto de equilibrio competitivos», con rendimientos de efectivo cercanos al 12% anual. Asimismo, la empresa «está construyendo un historial de distribución en la mitad superior del 30-40% del modelo de distribución de flujo de efectivo, respaldado por su compromiso con un punto de equilibrio de efectivo (después de capex y dividendos) inferior a 50 dólares por barril».
JP Morgan desgrana los factores que le han llevado a otorgar a Shell precio objetivo para junio de 2026 de aproximadamente 39 euros: «Este precio objetivo se establece como una combinación ponderada por igual de la suma de las partes (SOTP) y el PER (relación precio-beneficio) estimado para 2026» -explica el informe- «Nuestra SOTP se basa en un precio a largo plazo para el Brent de 80 euros por barril, aplicando un descuento del 25% que se compensa con una prima del 10%, debido a su posición de primer nivel en nuestro reciente análisis de retorno de efectivo para el período comprendido entre 2025 y 2026».
los riesgos a los que se enfrenta la calificación de shell están ligados a la fluctuación del mercado del petróleo y a la ejecución de proyectos críticos
Los riesgos macroeconómicos a los que se enfrenta la calificación de Shell están relacionados con las fluctuaciones que caracterizan al cada vez más maltratado mercado del petróleo: «Los principales riesgos genéricos, tanto al alza como a la baja, provienen de diferencias significativas en los supuestos de los márgenes de refinación o los precios del petróleo crudo, el gas natural (incluido el GNL) con respecto a nuestras previsiones».
La multinacional, por otro lado, está expuesta a riesgos «de ejecución», ligados a los proyectos críticos para el crecimiento del flujo de caja a partir de 2025, así como a la finalización de las desinversiones previstas para la etapa 2025-2030.