La luz en invierno transforma tu salón en invierno, otorgándoles calidez y vida. En el salón, la iluminación adecuada no solo resalta la belleza de los detalles, sino que crea un ambiente acogedor, ideal para las largas tardes invernales. Las sombras suaves y los matices cálidos invitan al descanso, mientras que una buena distribución de las fuentes lumínicas potencia la sensación de amplitud y confort. Cada lámpara, cada destello, se convierte en un aliado contra la oscuridad temprana, aportando equilibrio entre funcionalidad y estética. Un salón bien iluminado es el refugio perfecto donde los días fríos encuentran su contraste más cálido. A continuación te explicamos cómo.
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Si quieres mejorar la iluminación de tu salón, usa los brillos a tu favor. Incorporar espejos estratégicamente colocados no solo amplifica la luz natural, sino que también crea una sensación de mayor amplitud. Combina este efecto con acabados brillantes en muebles, lámparas o detalles decorativos para reflejar la luz artificial de forma eficiente. Mesas con superficies de vidrio, marcos metálicos o accesorios en tonos dorados o plateados pueden transformar el ambiente, potenciando la luminosidad y dotando al espacio de un toque elegante y sofisticado, perfecto para los días más oscuros del año.