La petrolera finlandesa Neste se ha unido a Repsol en la suspensión de proyectos de hidrógeno renovable (H2) a gran escala en toda Europa, un camino seguido por muchas empresas de la industria del petróleo y el refino en toda Europa, informa Bloomberg. El idilio del sector con el H2 se ha roto debido, principalmente, a los altos costos, que en el caso de Repsol son aún más onerosos a causa de la permanencia del impuesto extraordinario a las energéticas.
Las amplias cancelaciones de proyectos de hidrógeno en Europa reflejan las dificultades económicas de esta tecnología incipiente y la falta de demanda de hidrógeno ‘verde’. Neste ha congelado su proyecto de H2 en la refinería de Porvoo (Finlandia) debido a las difíciles condiciones del mercado y al uso limitado del hidrógeno renovable en los procesos de la refinería.
Repsol ha reaccionado a la consolidación del ‘impuestazo’ energético suspendiendo la mitad de su plan de expansión de hidrógeno de 720 megavatios en tres proyectos españoles
Repsol, por su parte, ha suspendido la mitad de su plan de expansión de hidrógeno de 720 megavatios (MW) en tres proyectos españoles debido a un entorno regulatorio desfavorable, en el que el Gobierno ha hecho permanentes los cargos extraordinarios sobre los ingresos energéticos. De este modo, la compañía dirigida por Josu Jon Imaz cumple sus amenazas de cortar el grifo de las inversiones en caso de consolidarse el llamado ‘impuestazo’.
A pesar de esto, algunos refinadores creen que la producción de H2 puede desempeñar un papel importante en los esfuerzos de descarbonización de muchas refinerías europeas. En Grecia, el electrolizador Ephyra de Motor Oil y el de Helleniq Energy mantienen vigente el objetivo de producir 40 MW de hidrógeno ‘verde’ entre 2026 y 2027.
LOS TERRENOS AÚN FÉRTILES PARA EL HIDRÓGENO
Las compañías de petróleo integradas austríaca y polaca, OMV y Orlen, están entre las que se preparan para que el hidrógeno sea un combustible de transporte en Europa, centrándose cada vez más en áreas difíciles de electrificar, como los vehículos pesados. La iniciativa H2 Mobility de OMV apunta a construir una amplia red pública de estaciones de H2 en Alemania, con 300 estaciones con capacidad para tanques de una tonelada métrica para 2030.
Este enfoque en camiones pesados es compartido por TEAL Mobility de TotalEnergies, que busca acelerar el desarrollo de este combustible limpio para dichos vehículos, ofreciendo una red de 100 estaciones en corredores europeos que conectan cinco grandes economías.
SE ESPERA QUE EL H2 se convierta en una solución efectiva para limpiar industrias difíciles de descarbonizar, con la transición hacia la producción de hidrógeno ‘verde’ en refinerías COMO PUNTA DE LANZA
Orlen planea establecer más de 100 estaciones de repostaje en Polonia, la República Checa y Eslovaquia para 2030, con el objetivo de atender a 2,000 autobuses polacos con celdas de combustible de hidrógeno.
Se espera que el H2 se convierta en una solución efectiva para limpiar industrias difíciles de descarbonizar, con la transición hacia la producción de hidrógeno ‘verde’ en refinerías desempeñando un papel vital en los esfuerzos de descarbonización de las empresas. Aproximadamente el 85% del hidrógeno se produce y consume in situ en las refinerías de petróleo. El suministro mercantil se refiere al producto generado y transportado para ser consumido en otro lugar (generalmente de una refinería a otra).
Los procesos de refinación y químicos comprenden aproximadamente el 96% de la demanda total de hidrógeno. La hidrodesulfuración e hidrocracking son ejemplos del uso de este combustible en la refinación de petróleo, que representa alrededor del 42% de la demanda. Los procesos químicos en otras industrias, incluida la fabricación de amoníaco y metanol, representan el 54%.