De aquí a 2035, la insaciable demanda energética de los centros de datos obligará a instalar 100 gigavatios (GW) de nueva capacidad solar y eólica, lo que se traduce en inversiones de 115.000 millones de euros. El dato, procedente de Schroders Greencoat, da buena cuenta del significado de los data centers para la industria de la energía renovable: toda una mano tendida y una oportunidad única de expansión y afianzamiento, que debe ser aprovechada con audacia por gobiernos y empresas.
Un centro de datos (data center) es un emplazamiento físico donde se almacenan computadoras, junto con la maquinaria necesaria para su correcto funcionamiento y mantenimiento. Contiene la infraestructura de computación que requieren los sistemas de Tecnología de la Información (TI): servidores, sistemas de almacenaje y equipos de red. En estas instalaciones es donde las empresas y organizaciones de todos los sectores guardan su información.
Schroders, de la mano de su analista Paul O’Donnell, ha realizado una valoración de la simbiosis que ya se está produciendo entre los centros de datos y las instalaciones de energías limpias. Una evolución capitaneada por los grandes referentes del sector tecnológico, como Amazon, Google y Microsoft, que están acelerando sus infraestructuras a marchas forzadas con el fin de adaptarlas a los cada vez más exigentes requisitos de la Inteligencia Artificial (IA).
LOS CENTROS DE DATOS, PROPULSADOS POR LA IA
«Este crecimiento de la demanda de datos tiene profundas implicaciones para nuestras necesidades energéticas. Después de todo, no es casualidad que la capacidad de los centros de datos se mida normalmente en megavatios o gigavatios (MW, GW), ambas unidades de potencia» -señala O’Donnell. «En el periodo comprendido entre 2012 y 2023, la demanda de energía de los centros de datos, que hacen posible la computación y almacenamiento de aplicaciones digitales y de IA, experimentó una tasa de crecimiento anual compuesta del 14%. Esto contrasta fuertemente con el crecimiento del 2,5% de la demanda total de electricidad».
Según el experto, la «megatendencia mundial» desatada por la IA, que podría transformar casi todos los sectores de la economía, depende de un enorme consumo de datos y, por extensión, de energía. «Una consulta en ChatGPT, por ejemplo, consume 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google», destaca.

Según las estadísticas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que en 2026 el porcentaje de la demanda mundial de electricidad procedente de los centros de datos se duplique con respecto a los niveles de 2022. Este volumen equivale a la totalidad de las necesidades energéticas de una país superdesarrollado como Alemania.
«Por poner un ejemplo, en Irlanda, base europea de gigantes tecnológicos como Google y Meta, la AIE prevé que los centros de datos consuman el 32% de la electricidad total en 2026, frente al 17% en 2022», resalta el análisis de Schroders Greencoat.
sCHRODERS cifra en 115.000 millones de euros el capital necesario para financiar la instalación de los recursos energéticos ‘verdes’ que mantengan el funcionamiento de los ‘data centers’
La gestora de fondos de inversión cifra en 115.000 millones de euros el capital necesario para financiar la instalación de los recursos energéticos ‘verdes’ que mantengan el funcionamiento de los data centers. La potencia mínima necesaria ascenderá a 100 GW a mediados de la próxima década, y eso solo es el principio.
La cuestión ya ha llegado a su punto álgido en algunos lugares, incluidos varios de los mayores mercados de centros de datos de Europa, como Ámsterdam y Dublín, donde se han impuesto limitaciones de facto al desarrollo de nuevos centros debido a la capacidad de la red y a problemas de sostenibilidad» -advierte O’Donnell- […] Esto, a su vez, significa replantearse el desarrollo futuro de centros de datos, desplazando la atención de los terrenos abandonados hacia ubicaciones con conectividad existente o potencial a fuentes de energía renovables».
En resumen, indica Schroders, el sector de las energías renovables se encuentra en la intersección de dos megatendencias mundiales: la revolución de la IA y la descarbonización global. Éste es un viento que sopla para todos en la misma dirección, pero existen regiones y mercados clave, incluidos el Reino Unido, Irlanda y España, «que ya están muy avanzados en la inversión y el desarrollo de redes de energía renovable, y por lo tanto, están especialmente bien posicionados para capitalizar la demanda relacionada y creciente tanto de datos como de energía».