La silicosis es una de las enfermedades que sigue afectando a una gran cantidad de empleados que conviven cerca del polvo de sílice en muchas fábricas. En muchos casos de silicóticos, el final de la enfermedad ‘obliga’ a los médicos a realizar un trasplante de pulmón que le cuesta a la Seguridad Social, unos 74.556 euros por persona. Una cifra que incluye gastos médicos, prestaciones por incapacidad y otros costes asociados, y pone de manifiesto la necesidad de reforzar las medidas de prevención en sectores donde la exposición al polvo de sílice es un riesgo latente.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) presenta su actividad en el balance de 2023, donde se realizaron un total de 479 trasplantes pulmonares, es decir, 64 trasplantes más que en 2022. Una cifra que va aumentando y que lo seguirá haciendo mientras empresas como Cosentino no intenten frenar o apliquen unas medidas de seguridad mucho más eficaces para evitar que los empleados respiren partículas de sílice.
No obstante, cuando un paciente necesita un trasplante pulmonar, esta operación no se realiza de un día para otro. Es decir, el tiempo de espera para el trasplante pulmonar oscila entre cinco y seis meses y a veces el paciente puede llegar a esperar hasta un año en el ámbito nacional. A fecha del 31 de diciembre de 2023 había un total de 254 pacientes en lista de espera para un trasplante pulmonar.
EL TRASPLANTE PULMONAR, LA ESPERANZA DE LOS EMPLEADOS DE COSENTINO CON LA SILICOSIS
El trasplante pulmonar se inició en España a inicios de los años 90, siendo la única opción terapéutica posible en casos de fallo pulmonar irreversible. Los expertos señalan que es una actividad compleja, que requiere un elevado nivel de especialización y alta tecnología. Además, esta intervención posteriormente requiere un tratamiento inmunosupresor, profilaxis antimicrobianas y controles médicos estrictos; todo ello para evitar el deterioro del pulmón trasplantado y las complicaciones del tratamiento inmunosupresor (se refiere a un régimen de medicamentos que reduce la actividad y eficacia del sistema inmunológico).
En primer lugar, cuando hablamos de la silicosis nos referimos a una enfermedad respiratoria ocupacional producida por la inhalación de sílice cristalina respirable. Después del inicio de la enfermedad, se produce fibrosis pulmonar, que esto puede llevar a una insuficiencia respiratoria, y en algunos casos a la muerte. Los casos que más se han escuchado y más han atendido los expertos en los hospitales son por las partículas de sílice, unas partículas con las que conviven especialmente los empleados de las fábricas de Cosentino.
El empresario Francisco Martínez-Cosentino después de un proceso de más de once años, ha sido condenado por la justicia, aceptando seis meses de cárcel, y señalando que, «la sentencia destaca que el silestone es ‘mucho más peligroso para la salud’ que otras rocas naturales». La empresa, a pesar de la sentencia que les condenó a prisión, insiste en señalar a los empresarios de las pequeñas marmolerías como responsables del problema de la silicosis. Una enfermedad que no solo sucede en Cosentino, pero son mayoritarios sus casos por su tamaño empresarial y su distribución a nivel mundial.
LA SÍLICE LLEVA A UN MAYOR RIESGO DE CÁNCER DE PULMÓN EN TRABAJADORES CON SILICOSIS
Sin ir más lejos, los enfermos de silicosis donde están más expuestos al polvo de sílice, al final de la enfermedad los médicos se ven en la obligación de realizar un trasplante de pulmón para que el cuerpo reciba el oxígeno que necesita la persona para sobrevivir. Bien es cierto, que no todos los enfermos de silicosis necesitan un trasplante de pulmón, ya que hay afectaciones diferentes de la enfermedad y que en algunos casos con tan solo un respirador sigue llegando el oxígeno al pulmón. El trasplante es la última opción posible para que el enfermo sobreviva,
En este contexto, el trasplante pulmonar consiste en una intervención quirúrgica mediante la que se sustituye uno o los dos pulmones enfermos por otros sanos procedentes de un donante humano. El trasplante pulmonar es el único tratamiento aceptado en la fase final de la enfermedad de la silicosis. El objetivo principal del trasplante pulmonar es mejorar la supervivencia de los pacientes.
Según la afección médica del paciente, el trasplante consistirá en reemplazar uno de los pulmones o ambos. En determinadas situaciones, los pulmones pueden trasplantarse junto con el corazón de un donante. Previamente a la operación, se irá haciendo una evaluación, los proveedores de atención médica y el equipo del trasplante revisan tus antecedentes médicos, hacen un examen físico, solicitan varias pruebas, y evalúan tu salud mental y emocional.
Los resultados del trasplante pulmonar son esperanzadores, pero no están exentos de riesgos. La supervivencia a cinco años tras el trasplante pulmonar puede variar, pero se sitúa en torno al 50-60%, según los diferentes estudios consultados por MERCA2. No hay que olvidar que dicho trasplante ofrece a los pacientes con silicosis severa la posibilidad de recuperar la función pulmonar, mejorar su calidad de vida y prolongar su supervivencia.
Una vez se realiza la operación, el paciente permanecerá ingresado en el hospital entre 7 y 21 días después de la intervención. El período de recuperación es de aproximadamente seis meses. No obstante, los cuidados en casa siguen, el paciente trasplantado deberá de realizarse chequeos médicos durante años, incluyendo radiografías y analíticas de sangre; seguir de por vida un tratamiento farmacológico inmunodepresor para evitar el rechazo al nuevo pulmón; y mantener una buena limpieza en el domicilio, utilizando métodos que no levanten polvo; entre otros aspectos a tener en cuenta.
LAS DONACIONES DE ÓRGANOS EN ESPAÑA
En este contexto, el crecimiento constante de la actividad trasplantadora va de la mano de la búsqueda de nuevas fórmulas para priorizar a pacientes en situación clínica y de soluciones para aquellos con dificultades para trasplantarse por sus características antropométricas o inmunológicas. La actividad de donación y trasplante de órganos en España alcanzó, en 2023, niveles de excelencia difíciles de superar.
Sin ir más lejos, el crecimiento en 2023 fue generalizado en todos los tipos de trasplantes. En total el año pasado se realizaron 3.689 trasplantes renales, un 8% más que en el año anterior, 1.262 trasplantes hepáticos, un 9% más que en 2023, en cuanto a los trasplantes pulmonares se realizaron 479, un 15% más que el año pasado, 325 cardíacos (+5%), 100 de páncreas (9%) y 7 intestinales (+75%).
ESPAÑA LLEVA CASI 30 AÑOS SIENDO LÍDER MUNDIAL DE TRASPLANTES DE ÓRGANOS
«Gracias a un programa nacional cohesionado, liderado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en el que participan profesionales de múltiples especialidades y que nace del acto generoso de la donación, en España se realizaron 5.8622 trasplantes de órganos el pasado año, lo supone una tasa de 122,1 trasplantes por millón de población», explican desde el Ministerio de Sanidad.
En este sentido, para realizar cualquier trasplante se necesita un donante, cualquier persona que así lo hubiera decidido en vida y cuya muerte se haya producido en una unidad de cuidados intensivos. Es en estas unidades donde se valorará que órganos pueden donarse en función de las características del fallecido.
Cuando está disponible un órgano donante, el sistema de compatibilidad entre donante y receptor administrado por la Red Unida para Compartir Órganos (UNOS, por sus siglas en inglés) busca una compatibilidad adecuada según criterios específicos como el tipo de sangre, el tamaño del órgano comparado con la cavidad torácica, distancia geográfica entre el órgano donante y el receptor del trasplante, la gravedad de la enfermedad pulmonar del receptor, la salud general del receptor y la probabilidad de que el trasplante sea exitoso.