José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, compareció ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados para aportar su perspectiva sobre el nuevo impuesto a la banca. Aunque la decisión final recae en el poder legislativo, Escrivá ha destacado la importancia de un diseño que evite consecuencias no deseadas. Si bien el BCE es el organismo encargado de dar su opinión oficial sobre el impuesto, el Banco de España cuenta con un profundo conocimiento del sector financiero español y puede contribuir con recomendaciones valiosas.
Escrivá ha hecho hincapié en la necesidad de que el impuesto no penalice la concesión de crédito a las pymes, un segmento crucial para el crecimiento económico y la creación de empleo. Las pymes, a diferencia de las grandes empresas, suelen tener más dificultades para acceder a la financiación y un mayor riesgo de impago. Por ello, las entidades bancarias aplican mayores provisiones a estos préstamos, lo que repercute en sus márgenes. Un impuesto que no tenga en cuenta estas provisiones podría desincentivar el crédito a las pymes, con consecuencias negativas para la economía.
Además, Escrivá ha recomendado que el impuesto no afecte a las inversiones en tecnología que la banca española necesita realizar para seguir siendo competitiva. La digitalización del sector financiero es fundamental para mejorar la eficiencia, la seguridad y la oferta de servicios a los clientes. Un impuesto que grave estas inversiones podría frenar la innovación y el desarrollo tecnológico en el sector.
La progresividad del impuesto también ha sido objeto de atención por parte del gobernador del Banco de España. Escrivá ha instado a la prudencia en este aspecto, para evitar desequilibrios o efectos contraproducentes. Un diseño progresivo debe ser cuidadosamente calibrado para asegurar que la carga fiscal se distribuye de manera justa y equitativa.
Concentración bancaria y la prudencia del Banco de España
En relación a la posible concentración bancaria y a la hipotética OPA de BBVA sobre Sabadell, Escrivá ha mantenido una postura prudente y respetuosa con la distribución de competencias entre supervisores. Ha recordado que el análisis de la competencia en España corresponde a la CNMC y, a nivel europeo, a la Comisión Europea. El Banco de España, por su parte, se ha limitado a proporcionar la información solicitada por estas autoridades.
El debate sobre la concentración bancaria en España se ha intensificado en los últimos años, en un contexto de bajos tipos de interés y aumento de la competencia de las fintech. Algunas voces defienden que la concentración puede generar economías de escala y fortalecer al sector, mientras que otras alertan sobre los riesgos para la competencia y la posibilidad de que se reduzca la oferta de crédito.