viernes, 22 noviembre 2024

La COP29 encara su última jornada con un borrador de acuerdo ridiculizado

«Inaceptable» e «insultante» son algunos de los calificativos, llegados desde los más diversos ámbitos, que ha despertado el borrador de acuerdo de financiación climática puesto en la mesa de la cumbre del clima (COP29). El texto propone un montante inversor en el orden de los «billones» (trillions, en inglés) de dólares para atajar el problema del calentamiento global, pero sin aclarar el origen de los fondos ni especificar una cifra concreta, lo que ha despertado durísimas críticas tanto por parte de los líderes políticos como de los activistas.

En la madrugada de este jueves, Azerbaiyán, país anfitrión de la COP29, presentó el borrador del acuerdo financiero, de 10 páginas de extensión, que inmediatamente desató una tormenta de de reacciones, la mayoría negativas. Los delegados presentes en la conferencia en Bakú señalaron acaloradamente la falta de detalles sobre cómo se logrará ese nivel de financiamiento, incluida la cantidad que provendría de préstamos que podrían aumentar el endeudamiento de los países pobres.

LA COP29 PRESENTA UN TEXTO LLENO DE AMBIGÜEDADES Y POCO CLARO

El vago planteamiento del borrador parece establecer un piso de financiamiento de un billón de dólares anuales provenientes de una variedad de fuentes, lo que objetivamente supone un aumento considerable respecto al mínimo de 100.000 millones establecido en la pasada edición de la COP, que expira el próximo año.

El borrador, informa Bloomberg, incluye dos opciones para alcanzar ese objetivo: una que otorga tiempo a los países para aumentar progresivamente la suma y otra que busca reunir esa cantidad anualmente entre 2025 y 2035. Ambas opciones abrirían la puerta para que naciones ricas que actualmente no son donantes, como China y Arabia Saudí, ofrezcan apoyo.

La primera de las opciones abre la puerta a que los países en desarrollo contribuyan a la causa de forma voluntaria, sin que esas aportaciones cuenten como parte del compromiso anual. La segunda opción deja claro que corresponde a los países desarrollados liderar la empresa de alcanzar el nuevo objetivo financiero, incluyendo los «esfuerzos de otros países con capacidad económica para contribuir».

«Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que contamos con una infraestructura mucho mejor; que la mayor parte de la financiación del sector público para la adaptación quede más clara»

Wopke Hoekstra, comisario europeo de Acción Climática

Sin embargo, muchas cuestiones clave quedan en el aire y tendrán que resolverse contrarreloj, ya que este viernes 22 de noviembre es el último día de la conferencia. Los representantes de las naciones reunidas -entre los que, por otro lado, hay importantísimas ausencias– tienen que ponerse de acuerdo sobre aspectos cruciales como los mecanismos de subsidios para los estados vulnerables; y a tenor del clima de división que se respira en Bakú, la tarea se presenta difícil.

Una de las réplicas más airadas ha venido de la Unión Europea (UE): según informa Deutsche Welle, el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, ha tachado de «inaceptable» el borrador propuesto en la COP29. «Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que contamos con una infraestructura mucho mejor; que la mayor parte de la financiación del sector público para la adaptación quede más clara», afirma el neerlandés.

«Aparte de reflejar la postura de ambas partes, este texto no hace mucho más» -ha dicho Li Shuo, director del Instituto de Políticas de la Sociedad Asia- «Estamos lejos de la línea de meta». Rob Moore, director asociado de E3G, se manifiesta en la misma línea: «La falta de una propuesta clara para cerrar las brechas y de cifras específicas deja a los negociadores con un enorme trabajo por hacer».

LOS ECOLOGISTAS, INDIGNADOS

Greenpeace madrugó mucho y a primera hora de la mañana del jueves ya había publicado un comunicado en el que dejaba clara la postura de la organización sobre el esbozo de acuerdo.

Jasper Inventor, director de la delegación internacional de Greenpeace en la cumbre, ha dicho: «En las etapas finales de la COP29, el borrador del texto tiene una opción que reconoce correctamente que se necesitan billones de dólares estadounidenses (trillones en inglés), pero el hecho de que no haya una cifra especificada para el objetivo de financiación climática es un insulto a los millones de personas que están sufriendo los peores impactos de la crisis climática».

«LA SEGUNDA OPCIÓN DEL BORRADOR PERMITE a los países del norte global eludir sus responsabilidades, escondiéndose tras el sector privado y los países del sur»

Jasper Inventor, director de la delegación de Greenpeace en la COP29

«Tres años de negociaciones e innumerables reuniones y en medio de los crecientes impactos climáticos y las temperaturas subiendo sin parar, el borrador de financiación de la COP29 presenta dos opciones muy diferentes: una que podría desbloquear billones en financiación, frente a otra que puede permitir a los países del norte global eludir sus responsabilidades, escondiéndose tras el sector privado y los países del sur global», denuncia Inventor.

EL BORRADOR DE MITIGACIÓN DE LA COP29

Respecto al boceto de acuerdo sobre mitigación climática, que acompañó al de financiación en la mesa de la COP29, se ha pronunciado Maarten de Zeeuw, activista de clima y energía de Greenpeace Países Bajos: «Es indignante. Este borrador sobre mitigación no menciona los combustibles fósiles. Reconoce la urgencia, pero no logran ponerse de acuerdo sobre las acciones necesarias, a pesar de que muchos países están pidiendo que se avance rápidamente en la eliminación gradual de los combustibles fósiles».

Hay, sin embargo, un aspecto de este último texto que sí ha convencido a la organización: la consagración del principio ‘quien contamina, paga’. Tracy Carty, experta en política climática de Greenpeace Internacional, se ha pronunciado al respecto calificando de «cambio importante» esta decisión. «El borrador incluye un apoyo claro a pasar la factura de los daños climáticos a las empresas de combustibles fósiles y a otras grandes industrias contaminantes […] insistimos a los países para que apoyen que esta fuente vital de financiación climática pública de los países del norte global se incluya en el acuerdo final de la COP29″, agrega.

Pedro Zorrilla Miras, delegado de Greenpeace España, ha relacionado el boceto de mitigación con una de las medidas más controvertidas de la política climática nacional: el ‘impuestazo’. «Este reconocimiento en la COP29 muestra que el impuesto a las energéticas, tan criticado por Repsol, debe ser aprobado como permanente, y reformado para que tenga una repercusión mayor en los combustibles fósiles y dirigirse a acción climática, como forma de poner en práctica el principio de justicia climática y de que quien contamina paga», ha dicho.


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