jueves, 21 noviembre 2024

Arranca en Santander la fase judicial del enfrentamiento entre Iberdrola y Repsol por ‘Greenwashing’

Hoy, jueves 21 de noviembre, dos ‘pesos pesados’ se ven las caras en Santander: Iberdrola y Repsol. El Juzgado de lo Mercantil de la capital cántabra acogerá la vista oral del proceso, que inició Iberdrola en febrero al interponer una demanda contra la petrolera por «competencia desleal y publicidad engañosa», al considerar que había incurrido en greenwashing o blanqueo ecológico. Un conflicto que, antes de llegar a los tribunales, se había recrudecido en los ámbitos mediático y arbitral.

El motivo de acudir al órgano de Justicia de la capital cántabra es que es allí donde tiene su sede Repsol Distribuidora de Electricidad y Gas, la filial de la petrolera que compite con Iberdrola en el mercado eléctrico.

Iberdrola sostiene que la oferta multiproducto de Repsol presenta una fachada de compromiso ‘verde’ que esconde un modelo de negocio basado en el uso de carburantes; y que la compañía recurre a una estrategia de engaños basada en un compromiso ecológico que no es tal.

Iberdrola

IBERDROLA ESGRIME LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL

Los fundamentos de derecho de la demanda sostienen que la publicidad de Repsol ha vulnerado la Ley de Competencia Desleal; en concreto las disposiciones referentes a los actos de engaño (artículo 5), omisiones engañosas (artículo 7) y publicidad ilícita (artículo 18, que remite a la Ley General de Publicidad).

Iberdrola acusa a Repsol de promocionar iniciativas sostenibles, «cuando su oferta multi producto busca fomentar el uso de carburantes», así como de «centrarse en la sostenibilidad, cuando constituye un elemento menor de sus actividades actuales.

Iberdrola solicita que se declare que Repsol está llevando a cabo actos de competencia desleal, «condenando a dicha compañía a cesar en la realización de estos, prohibirle su reiteración futura y remover sus efectos»

Para Iberdrola, «la generalización de estas prácticas de ‘eco postureo’ tiene consecuencias en los mercados, ya que termina por erosionar la confianza del consumidor en las iniciativas de sostenibilidad y socava los esfuerzos de las empresas que realmente estamos trabajando por construir un mundo más sostenible».

Iberdrola solicita que se declare que Repsol está llevando a cabo actos de competencia desleal, «condenando a dicha compañía a cesar en la realización de estos, prohibirle su reiteración futura y remover sus efectos».

También, en caso de sentencia favorable, exige que la parte contraria publique la sentencia en su página web corporativa, y en radio y televisión, al menos una vez al día durante una semana, en los mismos canales y la misma franja horaria y duración que tuvieron los contenidos declarados ilícitos, así como en dos periódicos de mayor circulación a nivel nacional, y en las redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter, LinkedIn, Youtube, Flickr y TikTok).

LA GUERRA ARBITRAL

En el ínterin entre la demanda y el inicio del proceso judicial, el organismo de arbitraje Autocontrol se convirtió en la línea de frente donde Repsol e Iberdrola intercambiaron proyectiles, con la petrolera saliendo mejor parada. Después de defenderse con éxito de la acusación de publicidad engañosa por parte de la eléctrica, la compañía dirigida por Josu Jon Imaz consiguió que su rival fuera declarada culpable de esta misma práctica.

La Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) es el organismo independiente de vigilancia de la industria publicitaria en España. En abril, desestimó una reclamación presentada por Iberdrola, en la que acusaba a la petrolera de inducir a engaño a los consumidores proclamando en su publicidad que «la calidad de Repsol ahora 100% renovable, cuando la mayoría de sus carburantes son de origen fósil.

Repsol

Poco después, en mayo, Autocontrol dio la razón a Repsol respecto a una reclamación interpuesta por la petrolera contra una publicidad de Iberdrola. En ésta, se instaba a los usuarios de calderas de gas a cambiarlas por instalaciones de aerotermia afirmando que «el Consejo Europeo obligará a España a la eliminación gradual de las calderas de gas y gasoil». La petrolera vasca expuso la inexistencia de esta obligación de retirar las calderas, ya que lo que dispone la regulación comunitaria es el retiro de los combustibles fósiles que las alimentan.

LA REACCIÓN DE REPSOL: IBERDROLA ESTÁ «NERVIOSA»

Desde el comienzo de la controversia, la postura de Repsol sobre las acusaciones de su rival ha sido clara: a Iberdrola le inquieta la creciente competencia que está afrontando en el mercado eléctrico.

La petrolera dirigida por Josu Jon Imaz defiende que su estrategia y su propuesta de valor a los clientes «son únicas en la Península Ibérica y han generado nerviosismo en Iberdrola, una empresa que no está acostumbrada a manejarse en un marco competitivo, sino más bien a depender de las reglas propias de un mercado eminentemente regulado». Prueba de ese nerviosismo, manifestaron en su momento fuentes de Repsol, «es la presentación de esta supuesta demanda, carente de fundamento» y de la que Repsol, dijeron, no fue notificada.

«Repsol seguirá creciendo en clientes de electricidad y continuará ofreciendo a la sociedad soluciones energéticas de presente y de futuro, como los combustibles renovables, que son vistos por parte de algunos, entre ellos Iberdrola, como una amenaza al discurso, falso, de que la electrificación es la solución única para reducir las emisiones de CO2 en el transporte», agregaron las mismas fuentes.


- Publicidad -