La presidencia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) ha lanzado el Compromiso Global de Almacenamiento de Energía y Redes, un acuerdo multilateral para acelerar drásticamente las infraestructuras de redes eléctricas y almacenamiento del que, sin embargo, se desconocen los firmantes. Entretanto, la meta de reducir el calentamiento global a 1,5 grados se da prácticamente por imposible y la facción petrolera de la cumbre zancadillea los compromisos de transición ‘verde’.
La COP29, que fue acogida por la ciudad de Bakú (Azerbaiyán), se apuntó su primer tanto diplomático con el acuerdo para establecer las reglas de un mercado global de carbono administrado por las Naciones Unidas. El pasado viernes, quinto día del evento, la presidencia hizo un llamado a las partes interesadas para que respalden tres iniciativas (almacenamiento y redes; zonas y corredores de energía verde; y una declaración sobre hidrógeno) en apoyo del Balance Global sobre energía renovable e hidrógeno.
EL ACUERDO IMPULSADO POR LA PRESIDENCIA DE LA COP29 ESTABLECE PARA LOS FIRMANTES LAS METAS COLECTIVAS DE DESPLEGAR 1.500 GW DE ALMACENAMIENTO Y AÑADIR O RENOVAR 25 MILLONES DE KILÓMETROS DE REDES, PERO SE DESCONOCE CUÁNTOS PAÍSES LO HAN SUSCRITO
Quienes firmen el compromiso de almacenamiento y redes se «comprometerán con un objetivo colectivo de desplegar 1.500 gigavatios (GW) de almacenamiento de energía a nivel mundial para 2030, más de seis veces la capacidad de 2022. Asimismo, se establece la obligación de añadir o renovar 25 millones de kilómetros de redes a nivel mundial para 2030, reconociendo la necesidad de añadir o renovar 65 millones de kilómetros adicionales para 2040″, señaló la presidencia.
La Alianza Global de Renovables ha instado a los países y actores no estatales de la COP29 a participar, destacando el apoyo oficial de Reino Unido, Uruguay, Bélgica y Suecia. Sin embargo, no se ha especificado cuántas partes han firmado.
LOS SAUDÍES TORPEDEAN LA COP29
Uno de los cometidos fundamentales de la cumbre es reafirmar el compromiso histórico del año pasado de transitar hacia un modelo energético alejado de los combustibles fósiles, postura reivindicada por los negociadores europeos y estadounidenses. Bloomberg, citando fuentes que prefieren permanecer en el anonimato, informa que Arabia Saudí, al frente de la facción petrolera de la COP29, lidera la oposición a este proceso utilizando una combinación de tácticas de demora y maniobras de bloqueo.
El desacuerdo surge en un momento delicado en la COP29 de Azerbaiyán. El año pasado, por primera vez en la historia, se logró incluir un acuerdo sobre combustibles fósiles en el texto final de una COP, con Emiratos Árabes Unidos -anfitrión de la COP28- logrando que Arabia Saudita y otros países productores de petróleo aceptaran un compromiso consensuado para «transitar» hacia fuentes energéticas alejadas de los combustibles fósiles.
No reforzar el lenguaje acordado en el pacto del año pasado es visto como un retroceso por los países desarrollados y aquellos más vulnerables al cambio climático. Las fricciones entre los representantes en este ámbito se suman a la intensa controversia que ha despertado la elección de la sede de este año -el 90% del PIB de Azerbaiyan procede de la extracción de petróleo y gas- y la práctica imposibilidad de alcanzar los objetivos medioambientales fijados en el Acuerdo de París.
LA GRAN MAYORÍA DE LOS EXPERTOS SE MUESTRAN SOMBRÍOS RESPECTO AL OBJETIVO DE LIMITAR EL CALENTAMIENTO GLOBAL A 1,5 GRADOS, Y LA ONU AVISA QUE EL PLANETA LLEVA CAMINO DE SUPERAR LOS 3 GRADOS A FINALES DE SIGLO
La lucha por mantener el calentamiento global dentro de los 1,5 grados Celsius ha sido un llamado central para la acción climática durante casi una década. Sin embargo, ahora que el planeta está casi seguro de superar ese objetivo, diplomáticos y activistas en la cumbre COP29 se encuentran en la incómoda posición de aferrarse a una meta que ya no parece tener sentido.
La evidencia es cada vez más difícil de ignorar. Este año volverá a ser el más caluroso registrado, mientras las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, y es probable que la Tierra alcance por primera vez un promedio de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Un estudio publicado este mes, que utiliza una nueva técnica para medir el aumento de las temperaturas, sugiere que el mundo ya era 1,49 °C más cálido a finales de 2023.
«El objetivo de 1,5 °C lleva tiempo más que muerto», ha sentenciado Zeke Hausfather, científico climático de Berkeley Earth consultado por Bloomberg. Muchos de sus colegas están de acuerdo. Las Naciones Unidas han concluido que el mundo no solo no cumplirá ese objetivo en las actuales circunstancias, sino que se encamina hacia un calentamiento de aproximadamente 3,1 °C antes de que termine el siglo si no se toman medidas drásticas.
EL G-20 EXIGE UN ACUERDO
Este martes, el G-20, reunido en Río de Janeiro (Brasil) ha metido presión a la cumbre del clima para que se llegue a un pacto sustancioso. Los líderes del grupo han emitido una declaración que exhorta a los representantes de la COP29 a alcanzar un acuerdo de financiación climática que dote de medios a los países más pobres.
En concreto, el comunicado exige a los reunidos en Bakú «un resultado satisfactorio» en la actualización del objetivo cuantificado de financiación climática, que actualmente cifra en 100.000 millones de dólares (94.500 millones de euros) la cantidad que los países desarrollados deben aportar a los estados más vulnerables.