La cadena de distribución alemana Lidl se enfrenta a crecientes críticas relacionadas con sus prácticas laborales y la implementación de nuevas tecnologías que posicionan a sus empleados en contra del grupo alemán. Actualmente, los consumidores cada vez más no solo valoran el precio de los productos, sino que también la responsabilidad social corporativa del supermercado en el que realizan la cesta de la compra.
La precariedad laboral, la reducción de jornada y la automatización de procesos a través de las cajas de autopago son los principales focos de controversia, que poco a poco están saliendo a la luz y afectando directamente a la imagen de la compañía y la insatisfacción de todos sus empleados que están viendo como Lidl «se ríe de ellos», explica un extrabajador a MERCA2.
No obstante, la cadena alemana señaló que iba a inaugurar cinco nuevos establecimientos tras invertir cerca de 30 millones de euros. Unas nuevas aperturas que crean más de 120 nuevos empleos, pero unos empleos que sus contratos laborales no superan las 20 horas. «Lidl solo necesita empleados para pocas horas, ya que las cajas de autopago le han solucionado la mayoría de sus problemas y con menos empleados sacan el trabajo», señalan fuentes cercanas a la representación laboral de los trabajadores.
LIDL SE LA JUEGA A SUS PROPIOS EMPLEADOS
En este contexto, Lidl siempre ha presumido delante de sus competidores de ofrecer empleo estable y de calidad. Unas declaraciones que están alejadas de la realidad que cuentan los mismos empleados y ex-empleados a este medio de comunicación. «Cada vez somos menos trabajadores y el trabajo de reponer e ir revisando los lineales de los establecimientos desborda», explica un empleado de la cadena alemana.
Las denuncias y las exigencias de los trabajadores a Lidl son la falta de personal, que les obliga a los empleados a asumir una carga de trabajo excesiva y la aparición de las cajas de autopago que han ‘obligado’ a Lidl a reducir el horario de sus empleados. Sin ir más lejos, pocos son los trabajadores con contratos de 40 horas actualmente en el supermercado alemán.
LOS CONTRATOS TEMPORALES Y CON REDUCCIÓN DE HORAS COMPLICAN LA BÚSQUEDA DE NUEVOS EMPLEADOS
En este contexto, la falta de personal en Lidl es una consecuencia más de la decisión que tomó la propia cadena de distribución cuando decidió implantar en la gran mayoría de sus tiendas las cajas de autopago que suplían a una gran cantidad de empleados que se quedaban sin trabajo. Una decisión que afecta directamente a los clientes que observan que sí van a comprar a los establecimientos de la cadena alemana, muchas veces los lineales están vacíos porque no cuentan con gente suficiente para estar reponiendo en todo momento.
En cuanto a la reducción de jornada para los empleados de Lidl, no es más que reducir la partida de gastos laborales, disminuyendo así la masa salarial del grupo alemán. No obstante, el supermercado germán se defiende con su mensaje de que reducir las horas a sus empleados no es más que un movimiento de necesidades de la empresa.
Bien es cierto, que en el caso de Lidl, la tendencia hacia la temporalidad y la jornada parcial ha generado malestar entre los empleados, que ven comprometida su estabilidad económica y sus perspectivas de futuro. En este sentido, un contrato temporal ofrece menos garantías que uno indefinido, dificultando el acceso a una vivienda, la planificación familiar o a la obtención de préstamos.
Además, cuando hablamos de una reducción de jornada laboral, esto directamente implica una disminución proporcional del salario, lo que enfada y dificulta a los propios empleados de Lidl llegar a fin de mes. Las consecuencias de la precariedad laboral no solo afectan a los empleados, sino también a la propia empresa.
LAS CAJAS DE AUTOPAGO DESPLAZAN A LOS EMPLEADOS DE LIDL
Que Lidl llevase a cabo un proceso de reorganización en cuanto a las cajas de pago con cajas de auto cobro, al principio vendían esta estrategia como una herramienta que iba a beneficiar directamente a los clientes porque les iba a reducir el tiempo de espera en momentos de gran afluencia de consumidores en una tienda y garantizando una descongestión de colas en las cajas clásicas.
No obstante, decidieron desde la cadena alemana que esté no era su objetivo final, ya que con la decisión de cubrir todos sus locales con las llamadas ‘cajas amigas’, han despido a la gran mayoría de trabajadores de dichos establecimientos. El despido de trabajadores deja las plantillas de Lidl en un estado crítico donde no pueden contar con una figura que esté controlando las cajas de auto cobro, y otra figura por si hay acumulación de clientes poder abrir una caja clásica.
En un mercado tan competitivo como el actual, la satisfacción del cliente es un factor crucial para el éxito de cualquier empresa. Lidl sería consciente de esta realidad que le está pasando factura en su día a día y en sus cuentas. Un problema que deben afrontar para continuar manteniendo su posición como uno de los supermercados líderes en España. No hay que olvidar que la cadena alemana terminó 2023 en tercer lugar, tan solo por detrás de Mercadona y Carrefour.