Cuando pensamos en la vinculación de la IA y los contenidos audiovisuales, se piensa casi por defecto en los efectos especiales, puesto que «el efecto visual es el cómo modificar lo que se ve, después de que ya se ha grabado». Así lo describe, Adolfo Sánchez de Rojas, cofundador de la compañía de efectos visuales Tokland, quién aportó su experiencia con nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) en la producción audiovisual durante la mesa de debate organizada por MERCA2 titulada «Imagen e Inteligencia Artificial», en la que también participó el catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Rey Juan Carlos, Manuel Gértrudix, y el vicepresidente del área de electrónica de consumo de Samsung Iberia, Álvaro Uriarte.
Sánchez de Rojas acumula años de experiencia en afamados estudios de efectos especiales y ha participado en numerosas producciones de éxito en cine y series nacionales y extranjeras (fue, por ejemplo, compositor senior en Juego de Tronos, en la escena del capítulo 6 de la séptima temporada «Beyond the Wall«, en la que hubo que sacar un dragón de un lago rodeado de paisaje helado). Ahora supervisa desde este mismo verano un estudio situado en el centro de Madrid desde que se ha hecho un sitio en la industria «en la medida en la que la tecnología nos permite abordar proyectos de un cierto calado» y que está seguro que «lucirá más grande gracias a la tecnología.
LA IA, IMPORTANTE EN LOS EFECTOS ESPECIALES
En cuanto a las ventajas e inconvenientes que tiene en su trabajo la implementación de la inteligencia artificial, Sánchez de Rojas, afirma que la IA en su trabajo es y «tiene que ser importante». Explica que uno de los casos en los que esta tecnología resulta imprescindible es, pro ejemplo, «en el Rotomasking, que es la labor de mascarear. Cuando se debe hacer de manera más expeditiva, y hay que aislar esa imagen para trabajar sobre ella, ahora ya hay herramientas que ya te separan la figura del fondo, incluso aunque no haya una croma«, que según nos indica, son funciones que ya incluso se incorporan en el tratamiento de imágenes de algunas apps para móviles.
No obstante la IA ayuda, y mucho, técnicamente en el trabajo de los efectos especiales, «pero ni mucho menos lo hace casi todo como se pudiera llegar a pensar, porque la máquina produce un montón de imágenes sin ningún tipo de continuidad, o como si fueran una pesadilla, y eso no se puede poner en una película, en la que piden una especificidad en cada imagen», aclara.
Sin embargo, sí reconoce que hay muchas tareas de la producción audiovisual y de la de efectos visuales «que se van a ir mecanizando a efectos de procedimiento», porque ya hay herramientas con la IA que permiten «por ejemplo, cortar un trocito de vídeo por distintos sitios según criterios, pero siempre puede haber un corte que la máquina no debería haber hecho», por lo que sostiene que este trabajo «siempre va a tener que estar chequeado y gestionado por los profesionales humanos», porque se trata de un inteligencia artificial «y no natural».