«Desde el principio hasta el final, desde la llegada hasta el acuerdo por la concesión, se hizo todo con firmas y contratos falsos». Así se expresa Vladimir Popovic, exfutbolista montenegrino, sobre el conflicto que le ha llevado a querellarse contra Audax Renovables por presuntas prácticas fraudulentas en la tramitación de una instalación eólica en el país balcánico.
Popovic y otras fuentes próximas al caso han relatado a MERCA2 una rocambolesca historia digna de la Marbella de los 90: ventas sin licencia, empresas fantasma, millones de euros que se pierden en el camino y hasta un presunto jefe del crimen organizado acusado de homicidio. Y en el centro de todo, la compañía de José Elías, que por aquel entonces aún no se llamaba Audax ni le tenía a él como presidente. Este medio ha intentado ponerse en contacto con la empresa, sin recibir respuesta alguna.
Audax fue fundada en el año 2000 como Fersa, denominación que mantuvo hasta que en 2016 Audax Energía lanzó una OPA que desembocaría en la fusión de ambas compañías bajo la marca comercial Audax Renovables.
LA TRAMA DE AUDAX EN MONTENEGRO
En 2007, la antigua Fersa proyectó el parque eólico Mozura en Montenegro. Popovic, que habla español fluido gracias a su trayectoria futbolística en equipos como el Sporting de Gijón, Málaga y Getafe, asumió el rol de intermediario entre la empresa española y las autoridades de su país.
Otra fuente cercana a la operación detalla las circunstancias del acuerdo: «Después de que el Gobierno de Montenegro hiciera un macroplan energético, miramos quien podría ser un buen partner para el negocio del parque y nos decidimos por Fersa.
Las irregularidades comenzaron, según cuenta nuestros interlocutores, nada más traspasar la frontera: Fersa, la actual Audax, formalizó un contrato de intermediación con una empresa local llamada BWP Consulting. Esta última mercantil, aclara Popovic, «nunca existió».
El acuerdo con la presunta empresa ‘fantasma’ se formalizó en tres páginas. «Comprar una Vespino tiene un contrato bastante más complejo que el que nos presentaron», comenta la otra fuente.
Dicho contrato «tiene un valor de 10 millones» -resalta Popovic, agregando que se diseñó un esquema de pagos en el que José María Roger, entonces presidente de Fersa, figura como la persona que debía recibir dos millones de euros en caso de finalización del proyecto.
El presidente del sindicato único de Montenegro, Danilo Popovic, también se habría llevado dinero, así como su hija, Milena Popovic, administradora de BWP, quien se puso al frente del parque como directora general. Milena Popovic, aclara la fuente, «era también directora general de Fersa Montenegro».
LA VENTA DE MOZURA
Posteriormente, la Administración montenegrina concedió un permiso para vender el parque a una empresa llamada Enemalta. Este permiso es un trámite necesario para enajenar cualquier bien procedente de una subasta pública, como es el caso de Mozura. Sin embargo, la instalación se vende, a través de una mercantil de nombre Celebic, a otra compañía, denominada Cifidex.
Según las fuentes, Cifidex fue creada ad hoc con un capital social de un dólar, pocos meses antes de la operación del parque, y tenía su sede en Seychelles, un paraíso fiscal. Carecía de control económico, fiscal o regulatorio» -denuncian- «Fersa tampoco hace un contrato de compliance, obligatorio según la normativa internacional.
En primer lugar, se vende un 1% de Mozura a Cifidex por 650.000 euros, para después traspasar a la misma empresa el 99% restante por 2,9 millones de euros. No salen las cuentas y nuestras fuentes, según relatan, detectan anomalías por doquier. «Para enajenar un bien que provenga de una subasta pública, el Gobierno tiene que dar permiso» -explican- «Montenegro da este permiso para vender a Enemalta, pero Fersa (Audax) se lo acaba vendiendo todo a Cifidex, que no tenía permiso y además es una offshore«. Es decir, una empresa ubicada en un paraíso fiscal.
Posteriormente, Cifidex revende Mozura a Enemalta, la empresa autorizada para comprar la instalación, por 10,3 millones de euros, aproximadamente cuatro veces el precio al que lo compró, obteniendo un jugoso beneficio de siete millones de euros.
¿Y quién está detrás de Cifidex? Turab Musayev, empresario e inversor del sector gasístico natural de Azerbayán, ligado a la sociedad a través de otras mercantiles británicas y de Dubái. El periódico maltés The Malta Independent publicó que existían evidencias de que Musayev controlaba la compañía, citando una investigación de la Fundación Daphne Caruana.
Daphne Caruana fue una conocida periodista de investigación maltesa que investigó la posible implicación de altos cargos políticos de Malta con el escándalo de los ‘papeles de Panamá’ y destapó numerosos casos de corrupción y hampa organizada en el país. En 2017 fue asesinada mediante un coche bomba por dos sicarios, los hermanos Alfred y George Degiorgio, condenados a 40 años de cárcel después de admitir la autoría del crimen.
CUENTAS OPACAS Y UN CRIMEN
Y aquí es donde la trama de Audax en Montenegro entra en su estrato más turbio: el magnate de los casinos Yorgen Fenech, de quien se está investigando si dio la orden del atentado, fue quien prestó a Cifidex los 2,9 millones de euros para pagar el 99% del parque Mozura, según nuestros interlocutores. Este dinero salió de una cuenta bancaria vinculada a 17Black, empresa propiedad de Fenech.
Dicha cuenta, siempre según el relato de nuestras fuentes, es una de las que presuntamente se utilizaron para pagar a los sicarios que acabaron con la vida de Daphne Caruana.
Todo esto solo se puede hacer con la participación de un montón de gente que se pone de acuerdo, con connivencia» -afirman- «Y la respuesta de Audax es que, simplemente, no saben nada porque la operación se realizó en el mandato del anterior presidente. Pero la actual directora general de Audax, Ana Isabel López, fue la que realizó los pagos a BWP y firmó la transacción a Cifidex».
Vladimir Popovic cuenta que ya en 2015, le comunicó a la delegación europea que tenía sospechas de corrupción. Asimismo, ambas fuentes remarcan que los pagos de Cifidex a Fersa con el dinero de Yorgen Fenech se hacen en 2016, cuando Fersa ya es Audax Renovables. «Los auditores, cuando Audax le hizo la OPA a Fersa, tendrían que haber hecho muchas preguntas y ponerlas en las salvedades» -concluyen- «¿Cómo no van a saber nada si están haciendo una auditoría para autorizar una OPA?».