Holaluz, la compañía otrora abanderada de la ‘revolución de los tejados’, aún boquea. Este jueves, la empresa presidida por Carlota Pi ha comunicado al BME Growth, índice bursátil en el que cotiza, unas pérdidas semestrales de ‘solo’ 13,5 millones de euros, un 35% menores a un año antes, cuando contabilizó pérdidas de 20,9 millones. La situación de la comercializadora, sin embargo, sigue siendo muy delicada, y el fantasma del concurso de acreedores está presente.
Los ingresos entre enero y junio fueron de 96,2 millones, un 39% menos que en el mismo periodo del año pasado, por «los bajos precios de la electricidad», aunque la empresa ha señalado que no incluye el negocio de Representación, que facturó 56 millones en el primer semestre, un 66,4% menos.
La compañía ha asegurado que la estructura financiera del grupo «se ha fortalecido considerablemente» tras operaciones como la monetazación de préstamos y la obtención de financiación ‘verde’
El resultado bruto de explotación (Ebitda) registró unas pérdidas de 4 millones, un 78% menos que un año atrás, y la empresa ha asegurado que las acciones de reestructuración y optimización del negocio han permitido una «reducción significativa» del breakeven point de la empresa (el momento a partir del cual los ingresos igualan a los costes).
La compañía ha asegurado que la «estructura financiera del grupo se ha fortalecido considerablemente» tras operaciones como la monetización de préstamos Rooftop Revolution por valor de 4,1 millones, la obtención de siete millones en pagarés ‘verdes’ y el acuerdo de moratoria con los principales acreedores financieros, entre otras.
La empresa que preside Carlota Pi ha asegurado que mantiene su foco en la eficiencia y la innovación y que «aunque los fundamentales del sector siguen siendo sólidos, no se espera una mejora significativa en el corto plazo».
‘JUEGO DE TRONOS’ EN HOLALUZ
El pasado 1 de mayo, la comercializadora catalana se vio obligada a presentar sus resultados 2023 fuera de plazo y sin auditar en el BME Growth. El motivo por el que los resultados no contaban con una certificación profesional es que los fondos Axon y Geroa Pensoak, a la sazón accionistas mayoritarios de la compañía, votaron en contra de las cuentas, lo que, según informó la empresa, obligó al auditor a realizar trámites administrativos adicionales.
Los resultados netos de la comercializadora catalana reflejaban una catástrofe contable de proporciones devastadoras, con unas pérdidas de más de 26 millones de euros que multiplicaban por cinco los ya preocupantes ‘números rojos’ del ejercicio precedente. Esta cifra palidecía, no obstante, ante la deuda neta, que superaba con creces los 60 millones de euros.
EL CONFLICTO ENTRE LOS FUNDADORES DE HOLALUZ Y LOS FONDOS ‘REBELDES’ acabó saldándose con la expulsión de LOS REPRESENTANTES DE AXON Y GEROA del consejo de administración
Desde entonces, Holaluz ha protagonizado un auténtico maratón en busca de inversores que le saquen del atolladero. La comercializadora sigue negociando con varios actores públicos y privados para conseguir financiación, mientras los clientes se fugan en masa y el proyecto se asoma al colapso. En el primer trimestre del año, 49.053 usuarios le dijeron ‘adiós’ a Holaluz.
El conflicto entre los fundadores y los fondos ‘rebeldes’ acabó saldándose con la expulsión de los representantes de éstos, Alfonso Juan de León Castillejo y Jordan Sáenz, del consejo de administración, después de que Pi, junto con los otros dos fundadores –Ferran Nogué y Oriol Vila presentaran una acción social de responsabilidad contra Axon y Geroa.
En julio, la compañía consiguió in extremis prorrogar un pagaré de siete millones de euros, afirmando con posterioridad que la posibilidad de un preconcurso de acreedores sobre Holaluz «no está sobre la mesa».