El señorío del Real Madrid ya ni está ni se le espera por las cronificadas guerras de su presidente Florentino Pérez contra los árbitros, LaLiga, la UEFA, el Atlético de Madrid y casi todos los periodistas que no se llamen Antonio García Ferreras, Josep Pedrerol y José Félix Díaz.
Curiosamente, el Fútbol Club Barcelona se salva de estas batallas por la docilidad de su presidente Joan Laporta, que pagaba lonas junto al Santiago Bernabéu para ganar las elecciones («Ganas de volver a veros») y finalmente se ha convertido en el único monaguillo que aguanta en la Superliga merengue.
VINÍCIUS, SIN BALÓN DE ORO
El narrador liguero Axel Martínez sentenciaba ayer sobre el triunfo de Rodri sobre Vinícius en el Balón de Oro que organiza la revista francesa France Football y UEFA. «Debe ser España el único país que se enfada porque le den el Balón de Oro a un jugador español», señalaba en X.
Este lunes resultaba llamativo ver cariacontecidos a periodistas «muy españoles y mucho españoles», en palabras de Mariano Rajoy, como Tomás Roncero, que parecía anteponer su amor madridista sobre su españolismo, tal y como le ocurre a varios periodistas que defendieron a José Mourinho.
La decisión del Real Madrid de no acudir a la gala porque un deportista tan desagradable como Vinicius no iba a recibir el trofeo se antoja ridículo, ya que la elección del trofeo al mejor jugador se decide por las votaciones de 100 periodistas de todo el mundo (y no por el capricho de UEFA, tal y como sugieren).
En representación de España votó solo Alfredo Relaño, presidente de honor de As y quizá en el secreto de la derrota de Vinícius. El azote de Florentino Pérez había advertido en El País que a la hora de votar le pedían atenerse a tres criterios: «1.- Actuaciones individuales, carácter decisivo e impresionante. 2.- Actuaciones y logros del equipo. 3.- Clase y juego limpio».
El último factor no se suele tener en cuenta, pero anteayer posiblemente le costó el título a un delantero tan extraordinario como polémico.
«SOBERBIA»
El plantón de Florentino molestó a Relaño, que explica que «durante días, en un ejercicio de optimismo aventurado, se ha extendido por España la seguridad de que el Balón de Oro lo ganaría Vinícius, en atención a su buena temporada. No me hubiera extrañado, tan es así que yo le voté primero, adjudicándole 15 puntos. Pero sabía que podían lastrarle dos ‘hándicaps’, su mala Copa América, y esas reacciones en el campo, mal controladas».
«La reacción de Florentino ante la noticia, conocida a primera hora de la tarde, me ha parecido desproporcionada. El Madrid es creador de la Copa de Europa, de la que el Balón de Oro es un apéndice de primera hora, tuvo que ver mucho con el magnífico desarrollo de esta competición en sus inicios, y en estos años vuelve a reinar orgulloso sobre ella, sin que sea impedimento su intento de sustituirla por una fantasiosa Superliga al margen de la UEFA. Que, como se ve, no ha tomado ninguna represalia por ello», añade.
Cree Relaño que la «patada a la mesa» merengue tiene dos explicaciones: «la soberbia creciente de Florentino y la acumulación de malas noticias en estos días. «Y no me refiero al 0-4, al fin y al cabo, un incidente futbolístico. Hace tiempo que arrastra el fracaso de la Superliga y ahora se encuentra con un grave quebranto en su proyecto económico, basado en un desafuero. Los vecinos le han parado los conciertos, lo que va a rebajar notablemente los ingresos previstos (ya cobró 360 millones a cuenta de las nuevas posibilidades del estadio) y va a hacer inútil el enorme gasto del hipogeo, ideado para ello», asegura.
El exdirector de As recuerda que «encima Mbappé no termina de funcionar, aunque eso es lo de menos, y en las tripas del cuerpo técnico hay disensiones y se buscan chivatos en dos direcciones, la del presidente y la del exterior. Todo junto quizá pueda explicar esta ofuscación. Pero en ningún caso justificarla».