El matrimonio de Jaime de Marichalar y la Infanta Elena, un viaje de ilusiones a la desilusión, según lo reporta EnBlau de ElNacional.cat. La historia de amor entre Jaime de Marichalar y la infanta Elena, que comenzó con grandes expectativas en 1995, se ha convertido en un relato de tensiones y desilusiones.
7La dificultad del matrimonio
A pesar de que el matrimonio fue bendecido con la llegada de sus dos hijos, Froilán y Victoria Federica, los lazos que unían a Jaime y Elena se debilitaban con el tiempo, según indica el portal EnBlau de ElNacional.cat. Los intentos de rescatar la relación a través de la intervención familiar resultaron infructuosos. La presión emocional y las diferencias irreconciliables entre ambos se hicieron cada vez más evidentes, creando un ambiente de tensión constante.
Después de años de discusiones y conflictos, según cuenta EnBlau, Elena finalmente tomó la difícil decisión de solicitar el divorcio. Este paso no fue impulsivo; fue una decisión meditada que surgió tras una profunda reflexión sobre su vida y su felicidad. La situación se volvió aún más compleja cuando Jaime sufrió un ictus, lo que llevó a Elena a reconsiderar su papel en la relación. Sin embargo, a pesar de los momentos difíciles, la infanta comprendió que era hora de priorizar su bienestar y el de sus hijos.