jueves, 24 octubre 2024

La herencia que ha recibido Bertín Osborne de su padre deja a todos sin palabras

Bertín Osborne ha atravesado uno de los momentos más difíciles de su vida tras la muerte de su padre, Enrique Ortiz López-Valdemoro, a los 96 años. El empresario, siempre ajeno a la vida pública a pesar de ser el progenitor de una de las figuras más mediáticas de España, dejó un considerable patrimonio a sus cuatro hijos. Sin embargo, su fallecimiento ha puesto en el centro de atención el legado que ha heredado Bertín y la unión familiar que caracteriza a los Ortiz Osborne.

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El conde de Donadío de Casasola: el título nobiliario que hereda Bertín

Bertín Osborne

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención tras la muerte de Enrique Ortiz ha sido el título nobiliario que ahora pasa a manos de Bertín Osborne. Enrique Ortiz ostentaba el título de Conde de Donadío de Casasola, uno de los dos títulos nobiliarios que había en la familia. Sin embargo, el segundo título, el de Conde de Navas, ya fue cedido en 1994 a su hija Teresa, quien lo posee desde entonces.

En cuanto al título de Conde de Donadío de Casasola, la herencia no es automática. Bertín, como primogénito, deberá realizar un trámite formal para solicitar su reconocimiento ante el Ministerio de Justicia. Para ello, contará con un plazo de cinco años y deberá pagar una tasa de 809 euros. Si no surge ninguna oposición durante el proceso, será el Rey quien dé el visto bueno final para que Bertín Osborne se convierta oficialmente en el nuevo Conde de Donadío de Casasola.

Al margen del título nobiliario, el patrimonio económico de Enrique Ortiz ha sido objeto de especulaciones. Aunque el veterano empresario siempre se mantuvo lejos de los focos mediáticos, su fortuna es considerable. Enrique Ortiz poseía una residencia en la zona del Santiago Bernabéu en Madrid, además de importantes activos financieros. Sin embargo, la magnitud total de su patrimonio sigue siendo un misterio, ya que la familia ha mantenido bajo reserva los detalles de sus bienes.

En los últimos años, Marta y Lucila, las hijas de Enrique Ortiz, han tenido un papel clave en la gestión de la fortuna familiar. Se desconoce si Enrique dejó un testamento, pero todo apunta a que sus cuatro hijos serán los herederos principales, con un reparto equitativo entre Bertín, Teresa, Marta y Lucila. A pesar de la gran fortuna que se reparte entre ellos, la armonía que reina entre los hermanos Osborne parece indicar que no habrá conflictos en la distribución de los bienes. Todos ellos gozan de una sólida posición económica, lo que refuerza la idea de que el legado de su padre será gestionado de manera pacífica y respetuosa.


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