La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tiene su propia narrativa, en la que no cabe el declive de su principal fuente de ingresos. El cártel ha entrado en una guerra dialéctica con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuya premonición de una inminente ‘era de la electricidad’ ha sido desdeñada como «ciencia ficción» en un reciente artículo publicado por el bloque petrolero en su web. De fondo, se sitúan los precios y la demanda del crudo, en cuyo pronóstico la OPEP ha metido la pata una y otra vez.
En su informe ‘Perspectiva de la Energía Mundial 2024 (WEO, por sus siglas en inglés)’, la AIE afirmó que «el futuro del sistema energético mundial es eléctrico», proclama que sigue a su declaración de que la demanda de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo para finales de la década. Además, el Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, señaló: «En la historia de la energía, hemos sido testigos de la Era del Carbón y de la Era del Petróleo, y ahora estamos avanzando rápidamente hacia la Era de la Electricidad, que definirá el sistema energético global».
La OPEP ha reaccionado con escepticismo a esta apresurada inauguración de una nueva etapa para la humanidad: «La idea de que el sistema energético pueda ser ‘definido’ por una sola fuente de energía no se corresponde con el propio análisis de la AIE, ni con la realidad energética actual, en la que el carbón, el petróleo y el gas juntos representan aproximadamente el 80% de la mezcla energética mundial».
LA OPEP SE NIEGA A DAR PORTAZO A LA ‘ERA DEL PETRÓLEO’
Además, señala el artículo colgado por el bloque petrolero, reducir la historia de la energía a una serie de eventos sucesivos, con fuentes de energía en constante competencia y reemplazo, pasa por alto la realidad de que estas fuentes existen en una relación de interdependencia. Esta visión «distorsiona el pasado y el presente, poniendo en duda algunos de los supuestos fundamentales que sustentan la visión de la AIE sobre nuestro futuro energético».
«Con respecto a que la ‘Era del Carbón’ pertenece al pasado, es importante señalar que la actualización semestral del carbón emitida por la AIE en julio de 2024, indicó que la demanda mundial de carbón creció un 2.6% en 2023, alcanzando un nuevo récord de 8.700 millones de toneladas, lo que es notable por ser un máximo histórico» -denuncia la OPEP- «Además, el informe de la AIE ‘Carbón 2023: Análisis y proyección hasta 2026’, publicado en diciembre de 2023, afirmó que el carbón sigue siendo la mayor fuente de energía para la generación de electricidad, la producción de acero y cemento».
En cuanto al portazo propinado por Fatih Birol a la ‘Era del Petróleo’, la OPEP también recurre a las publicaciones de la Agencia para señalar contradicciones en su discurso: «La WEO 2024, indica que la demanda de petróleo en 2023 superó el máximo anterior registrado en 2019. De hecho, en la WEO 2024, la AIE revisó al alza sus previsiones en el Escenario de Políticas Declaradas (STEPS, por sus siglas en inglés) para la cuota acumulada de carbón, petróleo y gas en la mezcla energética en 2030, que pasaron del 73% al 75%, alineándose más con la evaluación de la OPEP».
LOS ‘RESBALONES’ DE LA OPEP
Lo cierto es que, a tenor de su trayectoria reciente, al bloque petrolero no le conviene entrar en una confrontación. Sus lecturas del mercado han sido erráticas e inconsistentes, lo que le ha obligado a dar marcha atrás en sus planes en más de una ocasión.
Sin ir más lejos, la semana pasada el cártel se vio obligado a revisar a la baja por tercer mes consecutivo sus previsiones de demanda de crudo, dos días después de que China evitase anunciar inyecciones concretas de liquidez para su economía.
En su último informe mensual, la OPEP vaticina que en lo que queda de 2024 el consumo mundial de petróleo aumentará en 1,9 millones de barriles por día, aproximadamente un 2%. Es decir, 106.000 barriles por día menos de lo pronosticado previamente. La revisión se debió «en gran parte a los datos reales recibidos, combinados con expectativas ligeramente menores» para algunas regiones, según indicó la organización.
Apenas dos días antes, el sábado 12 de octubre, tuvo lugar la muy esperada conferencia del Ministerio de Finanzas chino, que concluyó sin anunciar ningún incentivo concreto para incentivar el consumo. A pesar de que Pekín se comprometió a apoyar su sector inmobiliario y asumir un mayor endeudamiento público, no se mencionó cantidad monetaria alguna para este fin.
Incluso después de las reducciones, sus estimaciones de demanda siguen estando muy por encima de los vaticinios de los bancos de Wall Street y de las instituciones de comercio, y en el extremo superior del rango esperado por la compañía petrolera de Arabia Saudí, Aramco. Es casi el doble de la tasa que estima la AIE, que recientemente también ha corregido sus predicciones.
Por otro lado, la dirección de la OPEP, encabezada por Arabia Saudí, ha retrasado una y otra vez sus planes para restaurar la producción de crudo detenida, a pesar de que no bajarse del discurso que pinta un importante déficit en el suministro.
Actualmente, el precio del petróleo se sitúa en la horquilla de los 73-75 dólares por barril, muy lejos de dispararse, pese a la cada vez mayor inestabilidad en Oriente Medio y Ucrania.