35 años con El Mundo: el sueño de Pedro J. que derribó a reyes y gobiernos

El 23 de octubre de 1989 Pedro J. Ramírez saludaba a los lectores del nuevo periódico generalista El Mundo del siglo XXI que había fundado junto a sus amigos Balbino Fraga, Jaime Castellanos y Alfonso de Salas.

Ramírez había sido despedido de Diario 16 tras casi 9 años como director por unas disputas con el editor Juan Tomás de Salas, que no estaba conforme con la línea de investigación del periódico sobre el terrorismo de Estado perpetrado por el Gobierno de Felipe González.

El periodista riojano se había forjado como corresponsal político de Abc entre 1975 y 1980 y había tomado los mandos en 1980 de un medio entonces moribundo, Diario 16, que ejercía de ‘hermano feo’ del combativo e influyente semanario político Cambio 16.

A partir de entonces, Diario 16 tomó el pulso de la calle y ejerció un periodismo impetuoso mientras Ramírez invocaba el Watergate que tanto le había marcado en su estancia juvenil en los Estados Unidos a la vez que elevaba ventas con investigación mezclada con el periodismo amarillo importado de la Gran Bretaña.

El Mundo, desde sus inicios, se volcó en intentar tumbar al felipismo y auspiciar la llegada al poder del compañero de pádel de Ramírez, José María Aznar. El periódico lideró aquel ‘Sindicato del crimen’ antisocialista (según le bautizó Juan Luis Cebrián) que ahora parece resurgir en el ámbito digital.

La derecha política y mediática apostó en los 90 por la polarización, pero el PP con la mayoría de medios y todas las encuestas a favor perdió en las elecciones de 1993 (hecho que repetiría en las ruidosas citas de 2004, 2008 y en la amarga victoria de 2023).

El triunfo de José María Aznar en 1996 y la caída de Felipe González, en notable parte, fueron obra de los aciertos y excesos de El Mundo, que pese a sus hits nunca pudo alcanzar el número de ventas, lectores e influencia de El País. Pese a lo cual, El Mundo se instaló en el segundo puesto de los kioskos españoles tras sorpassar a Abc, lastrada por la escisión de La Razón.

Ramírez supo vender su colorida mercancía con sabuesos de la investigación como Manolo Cerdán, Antonio Rubio, Melchor Miralles o Esteban Urreiztieta, firmas de la talla de Paco Umbral, Antonio Gala o Raúl del Pozo, y periodistas mediáticos como Alfonso Rojo, Carlos Boyero o David Gistau (a los que luego se unirían Eduardo Inda o Javier Negre).

SIN TELE NI RADIO DE ALTURA

La acaudalada estrella periodística no disfrutó de los años del aznarismo como esperaba porque las cloacas felipistas le perpetraron un infecto intento de asesinato civil (con su vídeo sexual con Exuperancia Rapú).

El PSOE acusaba a Ramírez de haber sido el padrino de la supuesta pinza conformada por el PP e Izquierda Unida, y José María Aznar nunca se acabó fiando de Pedro J., que se quedó compuesto y sin televisión ni radio mayoritarias.

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Pedro J. Ramírez.

El riojano creía que Telefónica iba a venderles Antena 3 y Onda Cero, pero La Moncloa decidió que ambos proyectos fueran a parar al Grupo Planeta gracias a las intermediaciones de Luis María Anson y a que José Manuel Lara había apostado por 3 negocios ruinosos cercanos a La Moncloa: Quiero TV y los ansonitas La Razón y Radio España.

TINIEBLAS

José Luis Rodríguez Zapatero concedió su primera entrevista como presidente del Gobierno a El Mundo por 3 razones: dar a entender que su «talante» no era un simple eslogan electoral, informarle al Grupo Prisa que no iba a aceptar tutelas y romper con el felipismo.

Pese a lo cual, El Mundo le devolvió el guiño con una infecta campaña conspirativa que pasará a los anales de la historia periodística como ejemplo de lo que no hay que hacer. El diario retorció mentiras, medidas verdades y absurdas teorías para insinuar que el 11M había sido perpetrado por ETA con ayuda de guardias civiles y servicios secretos internacionales.

El periódico, junto a la COPE que entonces lideraba Federico Jiménez Losantos, parecieron obviar los casi 200 muertos para abonar una teoría de la cual todavía ni El Mundo, la emisora episcopal y el PP han pedido perdón.

LUCES POSTRERAS

2008 fue un punto de inflexión para El Mundo, que apretó el acelerador tras la segunda derrota de Mariano Rajoy en unas elecciones generales. Ramírez, también junto a Jiménez Losantos, lideraron una campaña mediática para intentar que Esperanza Aguirre expandiera por España el modelo neoliberal madrileño surgido tras el tamayazo.

Pero Rajoy ganó la partida interna en 2008 y arrasó en las generales de 2011 sin el apoyo de El Mundo y COPE, que promocionaban a la UPyD de Rosa Díez. La pérdida de aliados políticos resultó extraordinaria para Pedro J., que abrió el aspersor contra el PP (Gürtel), PSOE (ERE) y la monarquía.

En contraste con diarios progresistas y cortesanos como El País, El Mundo se atrevió a tocarle las costuras a Zarzuela. Y, sin lugar a dudas, la abdicación de Juan Carlos de Borbón el 19 de junio de 2014 no podría entenderse sin la extraordinaria labor del diario de Unidad Editorial, que destapó el caso Nóos o el escándalo de Botsuana.

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Portada del escándalo de Botsuana.

Ramírez no pudo vivir la caída de ‘Campechano I’ como director de El Mundo porque había sido cesado 6 meses antes. Zarzuela y Génova 13 habían presionado a varias empresas del Ibex35, que le cortaron el grifo publicitario y dejaron al borde del KO a un periódico que, ya de por sí, arrastraba gravísimos problemas económicos.

MALOS NÚMEROS

Pedro J. se desacomplejó con el tema rosa (creando La Otra Crónica); patinó en sus innumerables intentos de hacer un suplemento dominical de éxito; fue pionero en la apuesta internet (la página web de El Mundo nació y fue líder hasta que El País le robó a su equipo casi al completo), Twitter y los muros de pago (Orbyt); y hasta presentó un programa en la ruinosa Veo 7 (impulsada con unas licencias repartidas por Aznar).

Pese a lo cual, el hambre de foco del director de El Mundo era inversamente proporcional a la cuenta de resultados de la empresa editora del periódico, Unidad Editorial. Esta compañía sucesora de Unedisa y propiedad del grupo italiano RCS sangraba en términos económicos desde que en 2007, sin barruntar lo que se avecinaba, compró por 1.100 millones de euros a Recoletos, editora de los líderes de la prensa deportiva y económica, Marca y Expansión.

Los sueldazos que manejaba El Mundo y la ruinosa compra llevaron a Unidad Editorial al borde del abismo: en 2011 la compañía perdió 243 millones de euros y en 2012 otros 526. La auditora KPMG explicó en el informe correspondiente al ejercicio 2012 que el grupo estaba en quiebra técnica.

RCS tuvo que realizarle varios rescates, pero la caída de Pedro J. Ramírez no estaba tan relacionada con los resultados económicos de la compañía (dirigida por aquel entonces por Antonio Fernández Galiano) sino con reportajes como ‘Cuatro horas con Bárcenas’, que hizo tambalear en el verano de 2013 al Gobierno de Mariano Rajoy a cuenta de la corrupción que llevaba décadas anidando en Génova 13.

LA CAÍDA

«Unidad Editorial anuncia que el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, dejará la dirección del periódico y la dirección general editorial del grupo. El Consejo de Administración de la compañía ha decidido hoy iniciar una nueva etapa en la dirección editorial del periódico, que seguirá comprometido como hasta ahora con la independencia y la objetividad en el tratamiento de la información, así como con la calidad de sus contenidos».

El 29 de enero Unidad Editorial informaba así de la destitución de Ramírez, que fue lacónico en su repuesta. «Entiendo la decisión, pero si de mí hubiera dependido, habría seguido siendo director de El Mundo toda mi vida», escribió en X.

Ramírez pasó a ser colaborador durante un breve tiempo en el que protagonizó varias trifulcas en público contra su sustituto, Casimiro García Abadillo. El fundador del periódico acabó dejando la compañía tras cobrar una indemnización de 13,5 millones de euros (que, en parte, fue a parar al lanzamiento de un proyecto sin el colmillo de antaño, El Español, y a comprar infinitas webs para convertirlo en artificial líder en tráfico).

SILLA ELÉCTRICA

El Mundo ha combinado enormes aciertos que han aportado relevante información a la sociedad española y también ha emponzoñado la vida pública participando en sucias cacerías contra líderes de 2 proyectos surgidos en la última década contra el establishment español, Podemos y el procés.

En los últimos años la cúpula de El Mundo se ha convertido en una silla eléctrica. Desde inicios de 2014, hasta 6 periodistas han ocupado el puesto de director: Ramírez, García Abadillo, el breve David Jiménez (que destapó la sordidez del periodismo en el brillante libro ‘El director’), Pedro García Cuartango, Francisco Rosell y Joaquín Manso.

Los 2 últimos directores han relajado la parte investigativa de El Mundo y han emprendido un giro ideológico a la derecha. A ello contribuyen firmas como Arcadi Espada, Federico Jiménez Losantos, Santiago González o su jefe de Opinión, Jorge Bustos.

Por contra, Juanma Lamet, Pedro Simón, el ‘letizista’ Antonio Lucas o humoristas gráficos como Gallego & Rey o Idigoras y Pachi (que en sus viñetas denuncian los crímenes de Israel) aportan otras miradas alternativas a la línea editorial.

INFLUENCIA Y MALOS EJEMPLOS

El Mundo sigue siendo un diario de referencia que ejerce gran influencia en la sociedad patria y, en algunas ocasiones, en generador de pésimos ejemplos de periodismo. En 2019 el diario fue muy criticado en redes sociales por una columna firmada por Arcadi Espada.

La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España aseguró que Espada infringió la deontología periodística al calificar de forma vergonzosa a las personas con síndrome de Down como «hijos tontos», «peores» o «enfermos».

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Joaquín Manso, actual director de El Mundo.

Espada, que ejerce de escolta mediático de un personaje como Francisco Camps, también se dedicó hace unos días a revictimizar a Nevenka Fernández simplemente porque no le había gustado la película que ha firmado Icíar Bollaín.

El Mundo también está recibiendo ataques en la red social X por haber liderado una intensísima y estéril campaña contra David Broncano que ha acabado favoreciendo a la nueva estrella de La 1 de TVE.

También cabe recordar que El Mundo ha pasado de ser el único periódico que investigaba los escándalos de Zarzuela a que Manso decidiera hace unos meses despedir a su columnista Jaime Peñafiel simplemente porque el veterano cronista había detallado en un libro las sombras que persiguen a Letizia Ortiz.