lunes, 21 octubre 2024

Las tres preguntas clave que pueden marcar el futuro de los directivos y de las empresas

En el vertiginoso mundo empresarial actual, donde la complejidad y el cambio constante son la norma, los directivos se enfrentan a un desafío fundamental: ¿cómo liderar eficazmente en medio del caos?

Hay enfoque simple y útil propuesto por Eliyahu M. Goldratt en su icónico libro «La Meta»¹ (The Goal). Goldratt argumenta que, en esencia, la función de un directivo se reduce a responder tres preguntas cruciales para para abordar y resolver problemas complejos y guiar eficazmente sus organizaciones: ¿qué cambiar?, ¿hacia qué cambiar? y ¿cómo causar el cambio?

DIRECTIVOS

Estas preguntas, aparentemente simples, encierran una profunda sabiduría sobre la gestión efectiva y la mejora continua al enfocarse en lo que realmente importa para mejorar el rendimiento de sus organizaciones, en lugar de perderse en detalles menos relevantes. Vamos a profundizar en cada una de ellas.

LAS PREGUNTAS, LOS DIRECTIVOS Y LAS RESPUESTAS

1. ¿Qué cambiar?

«Esta primera pregunta nos obliga a identificar el problema principal o la restricción más importante que está limitando el rendimiento de nuestra organización. En el contexto de la Teoría de las Restricciones de Goldratt, esto implica encontrar el «cuello de botella» en nuestros procesos. No está en abordar todos los problemas a la vez, sino en detectar el elemento más crítico que frena el progreso global y reconocer que las restricciones no son estáticas; pueden moverse o transformarse. Esto es un proceso continuo», señalan.

Pero, ¿cómo identificamos qué cambiar en un mundo empresarial cada vez más complejo?

Analiza los datos: utiliza métricas clave para identificar dónde están los cuellos de botella en tu organización.

Escucha a tu equipo: las personas en primera línea tienen una visión clara de los problemas más apremiantes.

Observa las tendencias del mercado: ¿qué cambios en el entorno están afectando más a tu negocio?

Reflexión: ¿Estás enfocando tus esfuerzos en el problema más significativo de tu organización o te estás dispersando en asuntos secundarios?

«Si no puedes medir algo, no puedes entenderlo. Si no puedes entenderlo, no puedes controlarlo. Si no puedes controlarlo, no puedes mejorarlo.» – H. James Harrington

2. ¿Hacia qué cambiar?

«Una vez identificado el problema, debemos determinar la solución más efectiva. Esto implica desarrollar una propuesta clara para superar la restricción y mejorar el rendimiento global del sistema. Aquí es donde entra en juego la visión estratégica del directivo, quien debe ser capaz de proyectar un estado futuro deseado que mejore sustancialmente las condiciones actuales», indican.

¿Cómo podemos asegurarnos de que estamos cambiando en la dirección correcta?

Genera múltiples opciones: no te conformes con la primera solución que se te ocurra.

Evalúa el impacto sistémico: considera cómo cada solución potencial afectará a otras partes de la organización. Partiendo de ello, diseñar una solución específica y alcanzable para eliminar o mitigar la restricción identificada

Alinea con la visión: asegúrate de que el cambio propuesto esté en línea con los objetivos a largo plazo de la empresa y comunicarla de forma efectiva.

Reflexión: ¿La visión que has diseñado está clara para todo tu equipo? ¿Están alineados todos los niveles de la organización hacia este cambio?

«La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso.» – Peter Drucker

3. ¿Cómo causar el cambio?

Esta última pregunta se refiere a la implementación. Como directivos, debemos determinar cómo implementar la solución de manera efectiva, considerando los posibles obstáculos y resistencias al cambio dentro de la organización. No solo se trata de implementar cambios técnicos, sino de gestionar la resistencia natural que surge en cualquier proceso de transformación.

¿Cómo podemos asegurar una implementación exitosa?

Diseñar un plan de acción claro, con plazos y responsables específicos.

Comunica claramente: asegúrate de que todos entiendan el porqué del cambio.

Involucra a los stakeholders: haz que las personas se sientan parte del proceso de cambio.

Establece hitos y métricas: define claramente cómo se medirá el éxito del cambio.

Sé persistente pero flexible: mantén el rumbo, pero estate dispuesto a ajustar el plan según sea necesario. Tener un canal abierto de feedback.

directivos

Implicaciones para los líderes:

Ciclo continuo: estas preguntas no son un ejercicio único, sino un ciclo continuo de mejora. A medida que resuelves un problema, surgirán nuevas restricciones que requerirán atención.

Pensamiento sistémico: al abordar estas preguntas, es crucial pensar en términos de sistemas y entender cómo cada cambio afecta al conjunto de la organización.

Liderazgo adaptativo: este enfoque requiere un estilo de liderazgo que sea capaz de adaptarse constantemente a nuevas situaciones y desafíos.

Cultura de mejora continua: integrar estas preguntas en la cultura organizacional puede fomentar un ambiente de innovación y adaptabilidad constante.

En conclusión, “en un mundo donde la única constante es el cambio, el enfoque de Goldratt proporciona una brújula interesante. Al centrarnos en estas tres preguntas fundamentales, podemos navegar por la complejidad y liderar nuestras organizaciones hacia un futuro más próspero y adaptable”.


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