Muchos productos alimenticios se comercializan como opciones saludables, pero en realidad contienen ingredientes que pueden ser perjudiciales. A menudo están cargados de azúcares añadidos, conservantes y otros aditivos que pueden no ser evidentes a simple vista. Aunque en el empaque se promueven como beneficiosos para la salud, es importante leer detenidamente las etiquetas nutricionales y los ingredientes. Estos alimentos procesados, aunque parezcan una elección saludable, pueden contribuir al aumento de peso, picos de glucosa y problemas digestivos, entre otros. Para una alimentación más equilibrada, es preferible optar por alimentos frescos y mínimamente procesados. Y también evitar los que te contamos a continuación, que parecen saludables pero que en realidad no lo son.
9La leche de avena no es demasiado saludable
La leche de avena, al igual que los mixes de frutos secos, aunque popular por su sabor y textura, no siempre es la opción más saludable. Muchos productos comerciales contienen azúcares añadidos y aditivos para mejorar el sabor y la textura, lo que puede incrementar su contenido calórico. Además, la leche de avena a menudo carece de proteínas y otros nutrientes que se encuentran en la leche de origen animal. Aunque es una alternativa adecuada para quienes son intolerantes a la lactosa o buscan opciones veganas, es fundamental leer las etiquetas y optar por variedades sin azúcares ni aditivos innecesarios.