Las contraseñas se han convertido en un aspecto fundamental en nuestras vidas. Teniendo en cuenta que cada vez son más las actividades que se digitalizan, las claves alfanuméricas emergen como uno de los puntos a los que más atención debemos prestarle, pues en caso de no contar con combinaciones lo suficientemente seguras, podríamos ser víctimas de ciberataques que acabarían colocando en riesgo nuestra información personal.
Por lo anterior, con el paso del tiempo han aparecido una gran variedad de métodos orientados a incrementar le seguridad de nuestros datos por medio de una serie de prácticas relacionadas con la gestión de nuestras contraseñas. Combinar letras minúsculas con mayúsculas, incluir números y símbolos, y modificar las claves cada cierto tiempo han sido unas de las recomendaciones más insistentes de los expertos en el tema, sin embargo, esto último estaría próximo a cambiar.
1Cambiar tus contraseñas periódicamente no es tan conveniente como crees
Según un estudio realizado por los expertos del Instituto Nacional de Tecnología y Estándares (NIST) de Estados Unidos, la típica recomendación relacionada con el cambio periódico de todas nuestras contraseñas se ha convertido en una vulnerabilidad, pues más que dificultar, suele facilitar el acceso a nuestra información por parte de los ciberdelincuentes.
El NIST ha actualizado sus pautas para garantizar la seguridad de las contraseñas, indicando en su sección «Autenticadores de contraseñas» que los verificadores y las políticas de seguridad de contenido no tienen por qué exigirle a los usuarios que modifiquen sus claves cada cierto tiempo, a no ser que sea posible comprobar que el autenticador está comprometido. Asimismo, estos expertos afirman que la imposición de un símbolo especial o un número en estos casos no ayuda a proteger más, ya que suele provocar que cada usuario agregue un caracter sumamente predecible para los atacantes.