La optimización de precios en el mercado eléctrico es un desafío constante para las empresas del sector. Conseguir un precio de adquisición óptimo para los clientes, al tiempo que se respeta la normativa vigente, requiere de estrategias sofisticadas y un profundo conocimiento del mercado.
Recientemente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sancionado a Neuroenergía con una multa de 1,081 millones de euros por supuesta manipulación del mercado intradiario continuo de electricidad en las transacciones con Francia. Este caso pone de manifiesto la importancia de comprender las prácticas permitidas y las que pueden ser consideradas manipulación del mercado.
Neuroenergía y la CNMC
La CNMC acusa a Neuroenergía de emitir y retirar órdenes no genuinas en 125 sesiones de negociación entre agosto de 2022 y marzo de 2023. Según el organismo regulador, la compañía coordinó los certificados digitales de 34 agentes para controlar la cola de procesamiento de ofertas en el mercado intradiario continuo. El objetivo, según la CNMC, era favorecer las ofertas de venta del producto D+1 de estos 34 agentes, sobre las cuales Neuroenergía obtenía una retribución si resultaban casadas, especialmente en las transacciones con Francia.
La CNMC argumenta que esta práctica constituye una manipulación del mercado, infringiendo el artículo 5 del Reglamento REMIT, la normativa europea que vela por la transparencia e integridad de los mercados mayoristas de electricidad y gas. Esta infracción se considera grave según la Ley 24/2013 del Sector Eléctrico.
Por su parte, Neuroenergía niega rotundamente cualquier manipulación del mercado y ha anunciado que recurrirá la sanción. La compañía defiende que su estrategia es una práctica de mercado aceptada que busca obtener el mejor precio para sus clientes, quienes han sido eximidos de cualquier infracción. Además, asegura que no ha incumplido los límites en la presentación de ofertas ni ha actuado en contra de las reglas del mercado. La empresa ya ha provisionado la multa. Este caso abre un debate sobre la delgada línea que separa las estrategias legítimas de optimización de precios de las prácticas consideradas manipulación.