El reciente testimonio del director médico del Reino Unido, Sir Chris Whitty, en una comisión de investigación pública sobre la respuesta al COVID-19, ha generado un amplio debate sobre la preparación del sistema de salud ante la nueva pandemia. En su intervención, Whitty afirmó que una nueva pandemia de dimensiones similares es “una certeza”, subrayando la importancia de que la sociedad y el gobierno reconozcan la gravedad de esta posible amenaza. Sir Chris no solo basa sus afirmaciones en experiencias previas, sino que también resalta la incapacidad actual del sistema de salud británico para hacer frente a otro brote similar.
1NUEVA PANDEMIA: LA REALIDAD DE LA TRANSMISIÓN ASINTOMÁTICA
Durante su declaración, calificó como “tonto” no asumir que este tipo de transmisión podría volver a ocurrir en una nueva pandemia. Este punto es crucial, ya que la capacidad de un virus para propagarse sin que muchos de los infectados presenten síntomas visibles ha sido un factor determinante en la rápida expansión del COVID-19. La falta de preparación puede llevar a un control inadecuado de las infecciones, lo que es esencial para evitar que una nueva pandemia se agrave en un corto plazo.
La transmisión asintomática no solo dificulta la identificación y el aislamiento de los infectados, sino que también pone a prueba la resiliencia de los sistemas de salud. La capacidad de realizar pruebas efectivas, trazabilidad y cuarentenas dependerá de la adopción de políticas proactivas y del equipamiento adecuado para detectar de manera oportuna la presencia de brotes. La experiencia del COVID-19 debería incentivar a las autoridades a implementar medidas que faciliten una respuesta más efectiva ante el surgimiento de nuevos patógenos.