En un giro inesperado de los acontecimientos, la relación entre Felipe VI y su padre, Juan Carlos I, ha vuelto a estar en el centro de la atención mediática, esta vez en la pintoresca Galicia. La utilización de un jet privado perteneciente al dentista del emérito ha suscitado una oleada de reacciones entre los vecinos de la zona, quienes no logran entender las implicaciones de este gesto que muchos consideran un acto de vasallaje, así como muchos otros que parece que han tenido que presenciar.
4Un nombre manchado en el turismo
El impacto negativo de los escándalos asociados con el emérito ha llevado incluso a cambios en la nomenclatura de ciertos establecimientos. El Hotel Juan Carlos en Barcelona, por ejemplo, ha decidido cambiar su nombre a Torre Melina Gran Melià, reflejando así un intento de distanciarse de la figura del rey. Mientras tanto, en Sanxenxo, el nombre de Juan Carlos sigue siendo utilizado en la 9.ª Regata Rey Juan Carlos, donde su figura es presentada casi como un ícono, en un momento que muchos consideran irónico y desafiante.
A diferencia del PP gallego, parece que la actual Familia Real ha optado por mantenerse alejada de las controversias que rodean al emérito. No se han visto fotografías de miembros de la familia posando junto a Juan Carlos, lo que sugiere un intento de distanciamiento de su legado problemático. En contraste, en Sanxenxo, el emérito es exhibido casi como un santo, lo que provoca aún más descontento entre los ciudadanos que observan esta especie de veneración.