Siempre es agradable disfrutar de postres ligeros y refrescantes. Entre las opciones más populares se encuentran los sorbetes, perfectos para no sentirnos demasiado pesados. El sorbete es una preparación helada que se elabora a base de agua, azúcar y puré o jugo de frutas. A diferencia de los helados, los sorbetes no contienen productos lácteos como la leche o la crema, lo que los hace una opción más ligera. También se diferencian de los granizados en que tienen una textura más suave y homogénea, ya que se baten durante el proceso de congelación para evitar la formación de cristales grandes de hielo.
5CÓMO SE HACE
En un bol grande, combina el zumo de naranja fresco, el zumo concentrado, la leche evaporada, la leche condensada y la sal. Mezcla bien todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Vierte la mezcla en un recipiente apto para congelador y colócalo en el congelador durante aproximadamente una hora. Saca el recipiente del congelador y bate la mezcla con un tenedor o una batidora de mano para romper los cristales de hielo. Repite este proceso cada 30 minutos durante unas 3-4 horas, hasta que el sorbete adquiera una textura suave y cremosa.
Sirve el sorbete de naranja en copas frías y decora con una rodaja de naranja o una ramita de menta. Para un toque extra, puedes añadir un chorrito de licor de naranja antes de servir.