Para José María Cecilia, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y experto en Inteligencia Artificial y machine learning, la revolución de la IA no solo no es una amenaza para el mercado de trabajo, sino que representa una oportunidad para hacerlo evolucionar. Siempre y cuando, eso sí, las leyes le sigan el ritmo a los algoritmos. Sobre si nos salvaremos o no del futuro distópico de Terminator, tiene más reservas.
Cecilia le concedió una entrevista a MERCA2 durante la celebración de la primera edición del simposio ‘Innovation Campus Summit. AI for a Better World’, organizado por Samsung y celebrado el 19 de septiembre en Madrid. «La Inteligencia Artificial es una herramienta al servicio de la sociedad» -sostiene el profesor- «Tiene sus riesgos, pero también sus virtudes. Parece que va a eliminar puestos de trabajo y lo que está haciendo es crear puestos de trabajo con un cariz mucho más tecnológico, con una especialización mucho más alta, además de generar nuevas oportunidades en nichos de negocio inexplorados».
LA IA COMO AGENTE EVOLUCIONADOR DEL EMPLEO
Cecilia cita el ejemplo de las plataformas de car sharing o motor sharing, que tienen mucho más alcance que antes gracias a la IA. Con esta tecnología, dice, «llegamos más al ciudadano, creamos mejores empleos y reciclamos ocupaciones que antes estaban en riesgo, porque permite que el ciudadano se dedique a lo que mejor sabe: pensar.
La amenaza de destrucción de puestos de trabajo «existe dentro de aquellas tareas que son rutinarias o repetitivas». Esos puestos, considera Cecilia, pueden desaparecer o reconvertirse en un mercado laboral diferente. «Ahí sí va a haber un choque con la sociedad» -comenta- «Pero yo no preveo ningún riesgo adicional. Hallar un equilibrio entre la creación y la destrucción de empleo será clave».
Las máquinas pensantes, por tanto, perfilarán un escenario en el que «el empleo de menor retribución y seguridad dará paso a un empleo mejor retribuido y con más seguridad».
«Es verdad que ya hay máquinas que aprenden solas, pero su capacidad siempre va a estar restringida por los límites que le pongamos nosotros. Por eso la regulación es tan importante»
¿Si va a llegar el mundo de Terminator? Antes de dejarnos aterrorizar por la idea de un ejército de esqueletos cromados comandados por una monstruosa mente digital, nuestro interlocutor invita a considerar una premisa: la IA no es, ni será, sino el ejecutor de las decisiones humanas. «Es verdad que ya hay máquinas que aprenden solas, pero su capacidad siempre va a estar restringida por los límites que le pongamos nosotros» -afirma- «Si la utilizas para hacer la guerra, naturalmente que va a ser peligroso. Por eso es tan importante la regulación y la legislación en el desarrollo de esta tecnología».
El investigador explica que la IA es desarrollada por el ser humano a partir de dos procesos: el físico, que pasa por emular la realidad; y el digital, que se basa en datos. «Si esos datos están sesgados porque el ser humano ha querido que sea así, nos enfrentamos a un riesgo» -concluye- «La UE lo está vigilando a través de medidas éticas para que los algoritmos reflejen la realidad y que sus modelos no vayan en contra de la sociedad».
Durante la celebración del ciclo de conferencias de Samsung, Cecilia y otros expertos debatieron sobre el impacto de las mentes artificiales en la sociedad y la economía. La conclusión del encuentro fue que el actual modelo educativo es ajeno a la Inteligencia Artificial (IA) y no puede preparar a los futuros profesionales para hacer frente al cambio de paradigma que sucedió ayer, hoy está en expansión y mañana no esperará a nadie.