martes, 24 septiembre 2024

El Gobierno entrega el proyecto de resurrección de la CNE a las Cortes

La agenda energética del Gobierno ha estado a rebosar este martes: por un lado, se ha remitido al Parlamento el proyecto de ley que consagra el regreso de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), órgano calificado como «capital» para el futuro del sistema. Además, el Ejecutivo ha elevado las previsiones del impacto del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en la economía.

El restablecimiento de la CNE ha sido una de las banderas de la casi terminada etapa de Teresa Ribera al frente del MITECO. Este organismo inició su primera etapa como entidad reguladora del mercado energético en 1995, hasta que en 2013 fue absorbida por la CNMV. El pasado febrero, el actual Gobierno inició los trámites legales para ‘revivirla’ con la remisión a información pública del anteproyecto de ley por el que se restablece la CNE como un ente regulador separado.

La propia Ribera ha anunciado la remisión a las Cortes del proyecto de ley, que se tramitará por vía de urgencia.

LA CNE SE DESLIGA DE LA CNMC

Ribera ha recordado que desde la reforma de 2013, la CNE ha formado parte de la CNMC, pero ante el cambio de paradigma que supone abandonar los combustibles fósiles y cumplir con los compromisos internacionales de descarbonización de la economía, la recuperación de un órgano especializado en el ámbito energético es «capital».

La vicepresidenta ha detallado que se recupera la estructura y las funciones de la CNE, cuyo consejo será nombrado mediante real decreto por el Gobierno, a propuesta del titular de Transición Ecológica, «entre personas de reconocido prestigio y competencia profesional en el ámbio de actuación de la Comisión, con una experiencia mínima de 5 años en materias relacionadas con los sectores objeto de supervisión», tal y como recoge el anteproyecto de ley. El mandato tanto del presidente de la CNE como de los consejeros será de seis años, sin posibilidad de reelección.

Una vez recibido el dictamen del Consejo de Estado sobre la futura norma, con la remisión a Cortes de la recuperación de la CNE se avanza en la reinstauración de este organismo «con esta nueva visión de impulsar la descarbonización y fortalecer el diálogo entre los responsables energéticos, algo que venimos impulsando desde 2018», ha resaltado Ribera.

«Damos un paso adelante muy importante para acompañar ese avance regulatorio clave», ha concluido.

EL IMPACTO DEL PNIEC: MEDIO MILLÓN DE EMPLEOS

El Gobierno también ha elevado el volumen de inversiones que movilizará el nuevo PNIEC hasta los 308.000 millones de euros, lo que repercutirá de forma positiva en el mercado laboral, creando hasta 560.000 empleos en el próximo año 2030 e incrementando en un 3,2% el Producto Interior Bruto (PIB) en ese mismo año respecto a un escenario sin medidas.

En concreto, dichas inversiones provendrán principalmente del marco privado, en un 82%, mientras que el 18% será público, especialmente impulsado por los fondos europeos (13%).

Según los datos definitivos de la actualización de la ‘hoja de ruta’ para la descarbonización a 2030, que se ha aprobado este martes en Consejo de Ministros y será remitido a la Comisión Europea mañana, el 37% de la inversión tendrá por destino las energías renovables, el 28% irán a ahorro y eficiencia, el 17% a redes energéticas y un 17% a la electrificación de la economía, que debería alcanzar el 35% en 2030.

Teresa Ribera, titular del MITECO
Teresa Ribera, titular del MITECO

Durante su intervención en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Teresa Ribera, al igual que con la CNE, ha destacado que dicho documento es «capital».

«El PNIEC ofrece una orientación clara para la inversión en nuestro país en un marco estratégico que permite visualizar de qué forma la energía, la conciliación con las políticas climáticas y la vinculación a las políticas industriales son una gran oportunidad para generar desarrollo, empleo, innovación y transformar el sistema energético», ha detallado Ribera.

Como ya se ha mencionado, este esfuerzo inversor se calcula que tenga un impacto de un crecimiento del 3,2% adicional en el PIB, mientras que en lo que se refiere al empleo, se apunta a una creación de 363.000 y 560.000 puestos de trabajo en 2025 y 2030, respectivamente, con relación al escenario tendencial.

LA VERSIÓN DEL PNIEC QUE SE ENTREGARÁ A BRUSELAS MANTIENE ‘GROSSO MODO’ LAS CIFRAS DEL BORRADOR, CONTEMPLANDO LA INSTALACIÓN DE 105 gw de renovables

El plan que finalmente se remitirá a Bruselas como definitivo representa un impulso a las renovables y el almacenamiento con respecto al PNIEC de 2020, en línea con la ambición de las diferentes ‘hojas de ruta’ sectoriales aprobadas y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, al tiempo que mantiene grosso modo las grandes cifras que se marcaron en el borrador que presentó hace poco más de un año el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Así, para el año 2030 se espera alcanzar los 62 gigavatios (GW) de eólica instalados, con tres GW correspondientes a eólica marina u offshore -frente a los 50 GW del anterior PNIEC-, así como 76 GW de fotovoltaica, incluyendo 19 GW de autoconsumo -por los 39 GW de la ‘hoja de ruta’ de 2020-, 4,8 GW de solar termoeléctrica, 1,4 GW de biomasa y 22,5 GW de almacenamiento -por los 20 GW del Plan anterior-.

ALMACENAMIENTO

De esta manera, se aspira a alcanzar los 105 GW de renovables nuevos en la década y 22,5 GW de almacenamiento energético en 2030, con un cese del carbón definitivamente que se adelanta a 2025.

En lo que respecta a la nuclear, se prevé ya la reducción con el calendario de cierre acordado de plantas -que arrancará en 2027 con Almaraz-, estando en 2030 todavía operativos 3.181 MW.

Por su parte, se mantiene el peso de los ciclos combinados de gas natural, esenciales para dar estabilidad al sistema eléctrico, aunque contaminantes, a lo largo de todo el periodo sin cambios -26,6 GW-.

También se incrementa la ambición de objetivos como el de rehabilitación de viviendas, con 1,38 millones, frente a 1,2 millones, o de disponer en 2030 de un parque de vehículos eléctricos de 5,5 millones -frente a los cinco millones del anterior PNIEC-.

HIDRÓGENO VERDE Y AUTOCONSUMO

Además, añade metas nuevas, en línea con los nuevos objetivos europeos, como -siendo esta una de las principales novedades del plan actualizado-, alcanzar 12 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde, triplicando así los cuatro GW del anterior PNIEC en una de las grandes apuestas para el país, y donde se incluye también el megaproyecto H2Med -el primer corredor de hidrógeno verde de la UE para unir Portugal, España y Francia-, o disponer de 19 GW de autoconsumo, otro de los grandes impulsos que se prevén, ya que el plan de 2020 dejaba esa horquilla de crecimiento aquí entre los 9 y 14 GW.

Igualmente, casi se duplica la apuesta por el biogás, con una meta de 20 teravatios hora (TW/h) a 2030, por los 10,41 TW/h que se preveían en el PNIEC anterior.

Asimismo, en esta actualización se aspira a una subida en 10 puntos porcentuales de la producción de energía autóctona, alcanzando el 50%, lo que proporcionaría un ahorro cercano a los 90.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles durante todo el periodo.

GEI Y RENOVABLES

En lo que respecta al objetivo de reducción de gases de efecto invernadero (GEI), aumenta desde el 23% hasta el 32% en 2030 respecto al año 1990. Mientras, el objetivo de consumo final de energía renovable sube al 48% -con un 81% de la generación de electricidad-, y el de eficiencia energética mejora hasta el 43%. En lo que se refiere a la reducción de la contaminación atmosférica, disminuirá con este plan a la mitad las muertes prematuras para el final de esta década -con 5.800 menos-.

En total, este nuevo PNIEC cuenta con un total de 110 medidas, de las cuales 42 son nuevas o actualizadas, indicaron en fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que subrayaron que se adecua así el plan al contexto vivido en los últimos años con la pandemia, la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania o la aceleración en tecnologías, como con el hidrógeno renovable.

Igualmente, la propuesta de revisión está en consonancia con otros documentos de planificación o estrategia en materia de medio ambiente, como el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, el Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y la Biodiversidad o la Planificación Hidrológica, afianzando y potenciando la agenda verde del país.

Esta versión final del PNIEC que ha sido aprobada este martes se ha elaborado teniendo en cuenta la consulta pública previa para esta actualización de la ‘hoja de ruta’, que recibió más de 2.000 alegaciones. Además, llevó a cabo tres jornadas de trabajo en abril y en mayo de 2023 con representantes sectoriales y de la sociedad civil.


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