viernes, 22 noviembre 2024

El oro sube un 1% y firma otro máximo histórico en su camino a los 2.700 dólares

La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, registraba en la tarde de este martes un alza de un 1,1%, hasta firmar un nuevo máximo histórico en los 2.657 dólares, en un contexto marcado por la senda alcista que se inició la semana pasada por el recorte de tipos de interés que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos llevó a cabo.

Según los datos del mercado consultados por Europa Press, el oro sigue perforando máximos históricos tras haber batido sus marcas en las dos últimas semanas por la perspectiva de que la Fed iba a llevar a cabo el movimiento de descenso de tipos; de hecho, en la tarde del miércoles, con el anuncio del recorte, tocó por primera vez y de manera fugaz los 2.600 dólares.

Asimismo, el oro también ha encontrado otro apoyo alcista estos días en el aumento de las tensiones entre Israel y el Líbano.

Oro: la naturaleza de la demanda global muestra señales de cambio

Cabe destacar que, desde la reunión de la Fed de la pasada semana, el oro acumula una subida de casi un 4% -equivalente a 100 dólares-, mientras que, en lo que va de año, el oro acumula una revalorización de casi un 29%.

La actual tendencia alcista del metal precioso se enmarca en el vigente ciclo de flexibilización monetaria, toda vez que el Banco Central Europeo (BCE) volvió a recortar los tipos a principios de mes y la Fed hizo lo propio esta pasada semana con un descenso de medio punto porcentual (el mercado se debatía si el recorte se iba a limitar a un cuarto de punto), dejando las tasas de referencia en el rango del 4,75-5%.

El analista de mercados de IG, Sergio Ávila, señaló en un informe que los precios históricos del oro se explican por la debilidad del dólar y la caída de los rendimientos de los bonos, además de por la consabida premisa de recortes de la Fed.

El oro firma nuevos máximos históricos por encima de los 2.600 dólares tras el recorte de la Fed

«Este contexto económico global, con señales de debilidad en las principales economías y la posibilidad de una relajación monetaria, ha hecho que el oro se consolide como una opción de refugio para los inversores», apostilló.

Cabe destacar que el oro y el dólar mantienen, según la teoría clásica, una correlación inversa, ya que cuando baja el ‘precio del dinero’ (los tipos de interés) son necesarios más dólares para comprar lingotes, en tanto que una política monetaria dura presiona el precio del metal.

Al hilo de este último punto, Bank of America (BofA) pronosticó a finales del pasado junio que la cotización de la onza de oro troy escalase hasta los 3.000 dólares en un plazo de 12 a 18 meses por la confluencia de varios factores, entre los que sobresalía la demanda del metal precioso por parte de los bancos centrales.

CONTEXTO DEL ORO: SUBE UN 43% DESDE OCTUBRE DE 2023

La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de un 45%.

De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares y siguió perforando cotas hasta alcanzar los 2.450 dólares el pasado mayo.

Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo de 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.

Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al de finales de 2023- se produjo el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.


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