Las grandes empresas tecnológicas venían presumiendo año tras año sus logros medioambientales y trazando objetivos de esta índole cada vez más ambiciosos. Sin embargo, con la llegada de herramientas como ChatGPT o, mejor dicho, de la inteligencia artificial (IA) tal y como la conocemos hoy en día, la faceta amigable con el medioambiente de estas compañías ha desaparecido casi que por completo.
Tú, que estás leyendo estas líneas, probablemente supones que lo único que consumen plataformas como ChatGPT es electricidad, debido a los servidores sobre los cuales se basa su funcionamiento. Pues bien, en realidad, además de energía, este tipo de herramientas consumen enormes cantidades de agua; tanta, que si tenemos en cuenta la cantidad de consultas que suele recibir este chatbot cada día, es posible afirmar que el despilfarro de recursos es más que preocupante.
2¿Y el cambio climático?
Asimismo, para entrenar a su IA, Meta empleó 22 millones de litros de agua, los cuales podrían haber sido utilizados para cultivar más de dos toneladas de arroz, por ejemplo. Y eso no es todo, pues el centro de datos de Meta que próximamente empezará a operar en Talavera de la Reina consumirá 600 millones de litros de agua al año.
A pesar de que compañías como OpenAI (ChatGPT), Meta (Llama-3), Google (Gemini) y Microsoft (Copilot) se han comprometido a disminuir el consumo de agua de sus herramientas de IA, ninguna ha mostrado medidas específicas para hacerlo. Y es que todas las empresas son ecofriendly hasta que este enfoque empieza a chocar con su brazo comercial, no obstante, esto no las debe eximir de su compromiso con, al menos, reducir el consumo energético y de agua de sus tecnologías, ¿o acaso beberemos inteligencia artificial cuando lleguen las consecuencias ambientales más devastadoras?