El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha retomado las negociaciones con los agentes sociales (CCOO, UGT, CEOE y Cepyme) para rebajar la jornada laboral semanal desde las 40 horas actuales a 37,5 horas sin merma salarial. Esta medida, que busca incrementar la productividad y el bienestar de trabajadores y empresarios, también plantea nuevos desafíos para las pequeñas y medianas empresas (pymes), quienes concentran la mayor parte del empleo en España.
Para lograr una implementación exitosa de esta reducción de jornada, el Gobierno ha propuesto un plan de acompañamiento a las pymes, denominado «Pyme 375«, que incluye bonificaciones para los nuevos empleos indefinidos generados y formación especializada para ayudar a las empresas en este proceso de transición.
Negociaciones y Movilizaciones
Las negociaciones sobre la reducción de jornada semanal a 37,5 horas han retomado este martes 24 de septiembre, tras un breve aplazamiento debido a un viaje del secretario de Estado de Trabajo a Barcelona. En dicha reunión, el Ministerio de Trabajo presentará su propuesta escrita, incluyendo el plan «Pyme 375«, para que los agentes sociales puedan analizarla y realizar las consideraciones pertinentes.
Mientras tanto, los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, repartirán pasquines informativos en la estación de Atocha en apoyo a esta medida. Además, ambas organizaciones sindicales han convocado una concentración ante las sedes patronales de todas las capitales de provincia el próximo 26 de septiembre, con el objetivo de presionar a la CEOE en las negociaciones.
Posiciones Encontradas: Entre el Diálogo y la Confrontación
La postura de la CEOE ante la propuesta del Gobierno ha sido crítica, calificando el plan «Pyme 375» como «intervencionista» y considerando que desplaza a la negociación colectiva. La patronal también cuestiona la capacidad del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para asesorar a las pymes, argumentando que no logra reinsertar siquiera al 3% de los desempleados.
Por su parte, los sindicatos CCOO y UGT han advertido que intensificarán las movilizaciones para lograr la reducción de jornada, a la que consideran una «demanda de la sociedad española». Sospechan que la CEOE tiene información de que la medida no sería aprobada en el Parlamento, por lo que trataría de impedir su implementación.
En este contexto de negociaciones y confrontación, el éxito de la reducción de jornada a 37,5 horas semanales dependerá de la capacidad de los agentes sociales para encontrar un equilibrio entre las necesidades de las empresas, especialmente las pymes, y las aspiraciones de los trabajadores por una mejor calidad de vida y mayor productividad.