Cuando se habla de Menorca, a menudo evoca imágenes de playas de aguas cristalinas y calas escondidas. Sin embargo, el otoño en esta joya del Mediterráneo ofrece una experiencia única que combina la belleza natural con una rica herencia cultural. A medida que las multitudes de verano se disipan, la isla se transforma en un refugio perfecto para aquellos que buscan conectar con la naturaleza y disfrutar de eventos culturales vibrantes.
2Un clima envidiable

Además, el clima templado del otoño permite explorar los impresionantes paisajes de Menorca sin las aglomeraciones del verano. Los senderos de la isla se convierten en pasarelas de colores ocres y dorados, ideales para caminatas que revelan vistas panorámicas y rincones secretos. Desde las antiguas construcciones talayóticas hasta los faros que vigilan el horizonte, cada paso en Menorca es una oportunidad para descubrir su historia y su belleza natural.