martes, 24 septiembre 2024

La sequía hundirá en un 68% la producción de aceitunas de esta campaña en la Comunidad Valenciana

La producción de aceitunas en la Comunidad Valenciana se enfrenta a una crisis sin precedentes debido a la prolongada sequía que azota la región. Según las previsiones de La Unió, una importante organización agraria, la cosecha de este año podría experimentar una drástica reducción del 68% en comparación con la media de los últimos 20 años. Esta situación no solo pone en jaque la estabilidad económica de los productores locales, sino que también amenaza con desencadenar una serie de consecuencias sociales y ambientales de largo alcance en las zonas rurales del interior valenciano.

El panorama es desalentador: se espera que la producción no supere las 35.500 toneladas, una cifra alarmantemente baja incluso en comparación con la ya reducida cosecha del año anterior. Este declive productivo se traduce en pérdidas económicas estimadas en 49,2 millones de euros para los olivareros valencianos. Ante esta coyuntura crítica, La Unió ha alzado la voz, solicitando a las autoridades competentes una revisión urgente y una adaptación de la Política Agraria Común (PAC) que tenga en cuenta las particularidades y desafíos específicos del sector olivarero en la Comunidad Valenciana.

La crisis del olivar valenciano: un reflejo de desigualdades estructurales

La situación actual del olivar valenciano no es meramente el resultado de condiciones climáticas adversas, sino que también refleja desigualdades estructurales profundamente arraigadas en el sistema de ayudas agrícolas. Un análisis detallado revela que la superficie de olivar acogida a la PAC en la Comunidad Valenciana ha experimentado una disminución del 2,72% entre 2023 y 2024, pasando de 46.133,24 hectáreas a 44.880,52 hectáreas. Este descenso contrasta marcadamente con el incremento del 0,87% observado a nivel nacional, poniendo de manifiesto un desequilibrio que coloca a los olivareros valencianos en una posición de desventaja frente a sus contrapartes en otras regiones de España.

La disparidad se hace aún más evidente cuando se considera que solo el 47,49% de la superficie agraria de la Comunidad Valenciana está acogida a ayudas PAC, una cifra significativamente inferior a la media nacional del 83,68%. Esta brecha no solo refleja una distribución inequitativa de los recursos, sino que también plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo del sector olivarero valenciano.

El sistema actual de distribución de ayudas de la PAC en España perpetúa y exacerba estas desigualdades. Mientras Andalucía concentra más del 66% de la superficie estatal de olivar con derecho a ayudas PAC, la Comunidad Valenciana queda relegada a un mero 1,92%. Esta disparidad no solo es injusta desde una perspectiva económica, sino que también ignora el papel fundamental que juega el olivar valenciano en la preservación del medio ambiente y en la estabilidad poblacional de las zonas rurales del interior, muchas de las cuales enfrentan un alto riesgo de despoblación.

Desafíos únicos del olivar valenciano: entre la tradición y la supervivencia

El olivar valenciano se enfrenta a una serie de desafíos únicos que lo distinguen de otras regiones productoras de España. Cultivado mayoritariamente en zonas de interior, este sector se ve afectado por dificultades y limitaciones productivas específicas, agravadas por condiciones climáticas adversas que hacen inviable el cumplimiento de algunas normativas actuales. Sin embargo, estas áreas de cultivo son esenciales para el mantenimiento de la biodiversidad, la estabilidad de la población en los pueblos y la incorporación de agricultores jóvenes al sector.

La organización agraria La Unió ha identificado varias áreas clave donde se requieren adaptaciones normativas para garantizar la supervivencia del sector. Una de las principales preocupaciones es la necesidad de flexibilizar las normas sobre biodiversidad establecidas en el decreto 1048/2022. Estas regulaciones, aunque bien intencionadas, no se ajustan a las características particulares del olivar valenciano, donde la vegetación autóctona ya cumple funciones vitales para la conservación del medio ambiente que actualmente no se reconocen en la normativa estatal.

Otro punto crítico es la adaptación de la normativa sobre coberturas vegetales. En muchas zonas de la Comunidad Valenciana, el sistema de cultivo tradicional y las condiciones climáticas, como el fuerte viento, exigen la recolección directa del suelo. Esto implica la necesidad de mantener el terreno libre de vegetación durante la cosecha, una práctica que actualmente puede resultar en la pérdida de ayudas. La Unió aboga por permitir la retirada temporal de las cubiertas vegetales para facilitar la recolección, sin que ello conlleve penalizaciones económicas para los agricultores.

Un llamado a la acción: redefiniendo el futuro del olivar valenciano

Enrique Simó, responsable del sector del olivar de La Unió, advierte que sin cambios significativos en la PAC, muchas explotaciones olivareras corren el riesgo de desaparecer, lo que tendría consecuencias devastadoras para la economía rural valenciana. Esta situación no solo amenaza la viabilidad económica del sector, sino que también podría provocar la pérdida de biodiversidad local y acelerar la despoblación de áreas rurales, donde la agricultura es uno de los principales motores económicos.

La adaptación de las normativas a la realidad del cultivo en la Comunidad Valenciana es fundamental para que el sector del aceite siga siendo atractivo para los jóvenes agricultores. Sin esta renovación generacional, el futuro del olivar valenciano se vuelve incierto. La Unió se ha comprometido a continuar luchando por una PAC justa que atienda las necesidades específicas del olivar valenciano y reclama una respuesta inmediata por parte de las autoridades competentes.

El llamado a la acción es claro: se necesita un reequilibrio de las ayudas al olivar en la PEPAC (Plan Estratégico de la PAC) que contemple todas las realidades productivas del olivar existentes en España. Solo a través de una adaptación adecuada se podrá garantizar la competitividad y sostenibilidad de un sector que es clave para el campo valenciano. La preservación del olivar valenciano no es solo una cuestión de producción agrícola, sino un imperativo para mantener el tejido social, económico y ambiental de las zonas rurales de la Comunidad Valenciana.

En conclusión, la crisis actual del olivar valenciano pone de manifiesto la urgente necesidad de reformular las políticas agrarias para que sean más inclusivas y adaptadas a las realidades locales. El futuro de este sector emblemático depende de la capacidad de las autoridades para reconocer su importancia multidimensional y actuar en consecuencia. Solo así se podrá asegurar que el olivar valenciano no solo sobreviva a los desafíos actuales, sino que prospere como un pilar fundamental de la identidad y la economía rural de la región.


- Publicidad -