Open AI, la startup creadora de la primera IA generativa pública ChatGPT y respaldada por Microsoft ha anunciado esta semana que lanzaba al mundo una nueva serie de modelos de IA generativa llamada «Strawberry» (fresa en inglés) diseñados para pasar más tiempo procesando respuestas a consultas para resolver problemas difíciles, que se va a poder comparar con mayor facilidad con el razonamiento humano. Pese a esperarla, ya que se conocieron las investigaciones para su desarrollo el pasado mes de julio, no deja de generar referencias a las malvadas IA conocidas en el cine como Hall 9000, la IA que se hace con el control en «2001: Una Odisea del espacio» allá por 1968.
Los nuevos modelos de IA generativa son capaces de razonar sobre tareas complejas y pueden resolver problemas más desafiantes que los modelos anteriores en ciencia, codificación y matemáticas, según a afirmado la empresa liderada por Sam Altman en su blog.
La nueva IA comúnmente se denomina Strawberry porque OpenAI ha estado utilizando ese nombre en clave para referirse al proyecto internamente, mientras que bautizó los modelos anunciados el jueves como o1 y o1-mini. El o1 está disponible en ChatGPT y su API a partir del mismo jueves, según informó la compañía.
Ha sido un investigador de OpenAI Noam Brown, centrado en mejorar el razonamiento en los modelos de la compañía, quién confirmó en una publicación en la plataforma de redes sociales X que los modelos eran los mismos que los del proyecto Strawberry, y dejó escrito que estaba «entusiasmado por compartir con ustedes el fruto de nuestro esfuerzo en OpenAI para crear modelos de IA capaces de un razonamiento verdaderamente general».
En la publicación del blog oficial, Open AI afirma que el modelo o1 obtuvo una puntuación del 83% en el examen de clasificación para la Olimpiada Internacional de Matemáticas, en comparación con el 13% de su modelo anterior, GPT-4o. La nueva IA también ha conseguido mejorar el desempeño en preguntas de programación competitiva y superó la precisión de nivel de doctorado humano en un punto de referencia de problemas científicos, según aseguran sus desarrolladores.
han conseguido lograr esas puntuaciones incorporando una técnica conocida como razonamiento de «cadena de pensamiento», que implica dividir problemas complejos en pasos lógicos más pequeños
El mismo Brown ha explicado que los modelos han conseguido lograr esas puntuaciones incorporando una técnica conocida como razonamiento de «cadena de pensamiento», que implica dividir problemas complejos en pasos lógicos más pequeños.
Los investigadores han observado que el rendimiento de los modelos de IA en problemas complejos tiende a mejorar cuando se ha utilizado el enfoque como técnica de estímulo. OpenAI ha automatizado ahora esta capacidad para que los modelos puedan descomponer los problemas por sí solos, sin necesidad de que el usuario los pida.
«Entrenamos a estos modelos para que dediquen más tiempo a pensar en los problemas antes de responder, de forma similar a como lo haría una persona. A través del entrenamiento, aprenden a refinar su proceso de pensamiento, a probar diferentes estrategias y a reconocer sus errores», han afirmado desde OpenAI.
Según la publicación de la empresa, en sus pruebas, «la próxima actualización del modelo ChatGPT se desempeña de manera similar a la de los estudiantes de doctorado en tareas de referencia desafiantes en física, química y biología. También descubrimos que se destaca en matemáticas y codificación».
Explican que en un examen de clasificación para la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO), «GPT-4o resolvió correctamente solo el 13 % de los problemas, mientras que el modelo de razonamiento obtuvo una puntuación del 83 %. Sus habilidades de codificación se evaluaron en concursos y alcanzaron el percentil 89 en las competencias de Codeforces», y señala su publicación de investigación técnica como el lugar para inquietarse aún más conociendo las dimensiones del desarrollo.
OPEN AI Y EL DESPIDO POR CULPA DE Q*, (STRAWBERRY)
La nueva IA o1 o Strawberry fue indirectamente la causante del sonoro culebrón que el pasado mes de noviembre protagonizó la startup más exitosa y valiosa del mundo, cuando la junta directiva de Open AI destituyó como CEO a Sam Altman por entender que no había sido lo suficiente transparente en lo que a la investigación de un modelo avanzado de IA (el programa Q) se refiere. Los miembros de la junta consideraban que ese desarrollo en secreto podría constituir un claro peligro para la raza humana.
Por entonces, y antes de los cuatro días de exilio por despido de Altman, varios investigadores del personal escribieron una carta a la junta directiva advirtiendo sobre un poderoso descubrimiento de inteligencia artificial que, según ellos, podría amenazar a la humanidad. La carta y la IA sobre la que hablaba habían provocado un enorme cisma en la empresa respaldada con 19.000 millones de dólares de inversión de Microsoft.
La nueva IA o1 o Strawberry fue indirectamente la causante del sonoro culebrón que el pasado mes de noviembre protagonizó la startup más exitosa y valiosa del mundo, cuando la junta directiva de Open AI destituyó como CEO a Sam Altman
Sam Altman volvió a la empresa por la puesta grande apenas cuatro días después de su despido, porque antes más de 700 empleados de Open AI habían amenazado con renunciar y unirse a Microsoft en solidaridad con su líder despedido.
Poco a poco se llegó a conocer que la carta era solo uno más de los factores de una larga lista de quejas de la junta directiva que llevaron al despido de Altman, entre las que se encontraban las preocupaciones por comercializar los avances antes de entender las consecuencias.
La empresa en aquellos días terminó reconociendo en un mensaje interno a los empleados la existencia de un proyecto llamado Q* y una carta a la junta antes del «culebrón» que la startup protagonizó. Y es que algunos empleados de Open AI creían entonces que Q* (pronunciado Q-Star) podría ser un gran avance en la búsqueda de la startup de lo que se conoce como inteligencia artificial general (AGI), definida por los creadores de ChatGPT como «sistemas autónomos que superan a los humanos en la mayoría de las tareas económicamente valiosas«.
Con grandes recursos informáticos el nuevo modelo era capaz de resolver problemas matemáticos muy básicos, pero eso era lo que asustaba, ya que los investigadores consideran que las matemáticas son una frontera en el desarrollo de la IA generativa. hasta o1 o Strawberry, la IA generativa era capaz de escribir y traducir idiomas al predecir estadísticamente la siguiente palabra, y las respuestas a la misma pregunta podían variar ampliamente.
Pero conquistar la capacidad de hacer matemáticas (donde solo hay una respuesta correcta) implica que la IA tendrá mayores capacidades de razonamiento similares a la inteligencia humana. Y eso, desde que el escritor británico Arthur C. Clarke creó a Hall 9000 en su visionaria saga de novelas Odisea Espacial, y la vimos y oímos representada en la película dirigida por Stanley Kubrick «2001: Una odisea del Espacio», nos da bastante miedo.