lunes, 16 septiembre 2024

Repsol se convierte en una oportunidad dorada para los inversores

Es tan grande la desesperación bursátil en Repsol, cuya cotización bordea mínimos anuales, que su CEO, Josu Jon Imaz, ha tenido que hacer un pan con unas tortas y adquirir 15.000 acciones de su propia compañía, la tercera ‘autocompra’ que hace este 2024. Sin embargo, los expertos consultados por MERCA2 aconsejan a los inversores que no pierdan la fe, pues, salvo hecatombe, no peligra el opíparo dividendo de la energética, cuyos títulos encierran además un gran potencial.

El valor de Repsol en los parqués empezó su cuesta abajo en abril, cuando cayó de los 16 euros, y no ha levantado cabeza desde entonces: en julio, su desplome se hizo más pronunciado y actualmente cotiza en el entorno de los 12 euros, con pérdidas acumuladas de más del 18% en los últimos 12 meses. La Bolsa no perdona la irregular trayectoria de los hidrocarburos, base del negocio de la compañía vasca.

El panel de analistas de Bloomberg, sin embargo, es casi unánime al ver una oportunidad en esta crisis. Una amplia mayoría prevé un fulgurante resurgir para las acciones de la petrolera, siendo dominante la recomendación de comprar (73,5% de los expertos del panel) frente a la de mantener (23,5%). Los que no se fían y aconsejan vender constituyen una ínfima minoría (2,9%).

GRAN POTENCIAL ALCISTA

MERCA2 se ha puesto en contacto con Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst en la gestora de inversiones Renta4, a fin de abordar con más profundidad el futuro de Repsol. «Ahora mismo creemos que el mercado estaría descontando un escenario cuasi recesivo en la compañía» -comenta- «Por el momento no creemos que sea el caso, con un crudo en 77 dólares por barril».

El experto concede que tanto el gas como los márgenes de refino, sendos pilares en los balances de Repsol «sí parecen estar mostrando cierta debilidad», aunque considera que el mal momento de estos segmentos del negocio «está más relacionado con el exceso de oferta que con la debilidad de la demanda».

consideramos que, a falta de una recesión global, Repsol constituye una atractiva oportunidad de inversión, tanto por su potencial de revalorización como por su elevadA remuneración al accionista

Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst de Renta4

El declive en el valor de las acciones pone bajo una enorme presión la política de altas retribuciones a los accionistas que caracteriza a la energética. A este respecto, Mosteyrín resalta que «la reciente evolución de la cotización no debería modificar la política retributiva de Repsol», ya que ésta es mantenida «gracias a una elevada generación de caja». Por tanto, será esta generación de caja la que condicione la consecución de este objetivo, explica el analista.

«Por todo ello, consideramos que, a falta de una recesión global, Repsol constituye una atractiva oportunidad de inversión, tanto por su potencial de revalorización como por su elevada remuneración al accionista», concluye el especialista de Renta4.

EL INNEGOCIABLE DIVIDENDO ‘DELUXE’ DE REPSOL

Repsol no ha permitido que la caída en los precios del gas y la electricidad y la disminución de los márgenes de refino condicione su política de retribución a los inversores. La petrolera dirigida por Josu Jon Imaz considera innegociable la prioridad de ‘malcriar’ a los accionistas, incrementando las remuneraciones a los mismos a golpe de ingeniería financiera. Así lo reflejan sus resultados semestrales.

A pesar de la difícil coyuntura en varios de los segmentos de su negocio, el grupo persevera en esta política: ha anunciado un segundo programa de recompra de acciones y una reducción de capital que se llevará a cabo mediante la amortización de 20 millones de acciones propias durante la segunda mitad de este año.

Con 1.128 millones de euros comprometidos como dividendo en efectivo en 2025, la compañía distribuirá a sus accionistas 0,975 euros brutos por acción en 2025, lo que representa un aumento de mas de un 8% en comparación con 2024.

el grupo prevé destinar 4.600 millones de euros a dividendo en efectivo hasta 2027, a lo que se puede sumar recompras y amortizaciones de acciones por un valor de hasta 5.400 millones

Repsol distribuyó un dividendo en efectivo de 0,90 euros brutos por acción, incluyendo una remuneración de 0,40 euros por acción y 0,50 euros por acción en enero y julio respectivamente. Esto representa un incremento cercano al 30% respecto a la remuneración de 2023.

Adicionalmente, la compañía amortizó 40 millones de acciones propias el 12 de julio de 2024, finalizando de esta forma la primera reducción de capital de 2024. Desde 2022, la compañía ha amortizado 350 millones de acciones, un 22,9% del capital social a 31 de diciembre de 2021.

En total, el grupo prevé destinar 4.600 millones de euros a dividendo en efectivo hasta 2027, a lo que se puede sumar la recompra y amortizaciones de acciones por un valor de hasta 5.400 millones, para alcanzar un rango de distribución a los accionistas de entre el 25% y el 35% del flujo de caja operativo del periodo.


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