Si un viajero en el tiempo les contara a los dirigentes de la OPEP de los 70 en qué estado de debilidad política se encuentra su organización en 2024, seguramente se echarían las manos a la cabeza. Este viernes, el cártel ha anunciado que pospondrá hasta diciembre el bloqueo a la producción de petróleo, con el propósito de contener la cuesta abajo en los precios del crudo. El mercado, no obstante, considera que esta decisión no es sino una huida hacia adelante en un escenario de demanda frágil.
El comunicado de la OPEP no ha sorprendido a nadie. Esta misma semana, Bloomberg, citando fuentes que prefieren mantener el anonimato, informó sobre conversaciones internas en la organización sobre la posibilidad de no seguir adelante con el aumento programado de 180.000 barriles diarios en octubre. También se discutió posponer aumentos mensuales similares que también estaban programados para este año, según estos mismos confidentes.
Este ‘golpe de timón’ empezó a gestarse a principios de esta semana, después de que los precios del crudo cayeran por debajo de los 73 dólares por barril. Arrastrado por los desalentadores datos económicos de China y Estados Unidos, el valor del petróleo alcanzaba su nivel más bajo desde finales de 2023, dando alivio a los consumidores después de años de inflación descontrolada. En contraste, las viejas potencias exportadoras, agrupadas en torno a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), veían con temor como el imparable desplome ponía en peligro sus balances.
LA CRISIS EN LIBIA, QUE HA ‘SECADO’ VARIOS CENTROS DE PRODUCCIÓN DE GRAN RELEVANCIA, PARECÍA FAVORECER LA MEDIDA DE ‘ABRIR EL GRIFO’, PERO LA CAÍDA DE PRECIOS POSTERIOR HA ASUSTADO A LA OPEP
Liderados por Arabia Saudí y Rusia, los integrantes de la OPEP+ (la versión ‘extendida’ del cártel) acordaron en junio una ‘hoja de ruta’ para restaurar gradualmente el suministro, sometido a un implacable embudo desde hace dos años. El compromiso de los mandamases del cártel con este plan, no obstante, ha sido limitado en el mejor de los casos: desde su mismo anuncio, enfatizaron repetidamente que los aumentos podrían «pausarse o revertirse», en función de la evolución del mercado. Un matiz que sigue presente en el comunicado emitido este viernes por la coalición.
La interrupción de varias importantes fuentes de producción en Libia parecía darle al grupo espacio para seguir adelante, pero ahora los miembros han elegido la cautela.
Citigroup se ha referido al embudo en la producción, considerando que esta medida podría evitar el excedente que observadores prominentes del mercado, como la Agencia Internacional de Energía y el gigante comercial Trafigura Group, esperaban para el cuarto trimestre. Por el contrario, abrir los grifos podría conducir a un escenario tan extremadamente adverso -para la OPEP- de 50 dólares por barril.
LA OPEP HUYE HACIA ADELANTE
A principios de esta semana, los delegados de la OPEP+ señalaban que el aumento programado seguía en pie. La producción en Libia, miembro de la OPEP, se redujo a la mitad la semana pasada después de que las autoridades de la región oriental cerraran la producción de más de 500.000 barriles diarios, tras un enfrentamiento con el Gobierno central de Trípoli sobre el control del banco central libio.
La interrupción se sumó a la paralización del mayor yacimiento petrolero del país norteafricano, Sharara, a principios de agosto. Pero el martes, Sadiq Al-Kabir -el gobernador del banco central cuyo intento de destitución precipitó la crisis- dijo que había «fuertes indicios» de que las facciones enfrentadas estaban cerca de llegar a un acuerdo.
El mercado reaccionó al anuncio de Al-Kabir y los futuros del Brent cayeron un 5% hasta tocar fondo en los 73 dólares por barril, forzando a los miembros de la OPEP a poner sobre la mesa el retraso en el aumento de la oferta.
LA PROBABLE DECISIÓN DE CONTENER LA OFERTA ESTÁ DETERMINADA POR LAS MEDIOCRES PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO DE LOS MAYORES CONSUMIDORES DE CRUDO: CHINA Y EEUU
Aunque los mercados globales de crudo están actualmente ajustados debido a la demanda estacional de verano, se espera que se relajen significativamente una vez que pase el pico de consumo estacional.
El factor de mayor peso a favor de la decisión de contener la oferta son las mediocres perspectivas de demanda de los dos mayores consumidores de petróleo del planeta: China y EEUU. Los datos del gigante asiático han mostrado que los motores críticos del crecimiento económico se están desacelerando, con la actividad de las fábricas contrayéndose por cuarto mes consecutivo y el valor de las ventas de nuevas viviendas disminuyendo. La actividad manufacturera en EEUU, por su parte, se contrajo por quinto mes consecutivo.
La ‘hoja de ruta’ que la OPEP+ mantenía vigente hasta ahora contempla la reintroducción gradual en el mercado de 2,2 millones de barriles diarios hasta finales de 2025.
Julian Lee, estratega de petróleo de Bloomberg, se muestra escéptico con la estrategia de mantener el cerrojo al suministro. «Una decisión de los productores de petróleo de retrasar el aumento de la producción no solucionará los problemas que enfrenta la OPEP+» -comenta en un reciente análisis- «Solo aplazará el problema».
«Las optimistas previsiones de demanda a las que los analistas de la OPEP se aferraron obstinadamente hasta el mes pasado, parecen cada vez más irreales» -continúa- «Las grandes reducciones de inventarios que algunos habían pronosticado no se materializaron. El crudo Brent nunca se estableció por encima de los 87,50 dólares por barril, y mucho menos alcanzó los tres dígitos que preveían los escenarios más optimistas».
«Retrasar el inicio de los aumentos de producción ganará tiempo, pero no resolverá el problema de los productores. Simplemente hay demasiado petróleo persiguiendo una demanda insuficiente para mantener los precios tan altos como les gustaría», concluye el experto.
LA REACCIÓN DE LA BOLSA
La prolongación del bloqueo ha tenido, por el momento, un impacto casi imperceptible en los parqués. El mercado encajó el anuncio de la OPEP con una levísima subida de algo más de medio dólar en el barril brent, que a media mañana del viernes se situaba en el entorno de los 73 dólares.