El fabricante sueco de vehículos Volvo ha tenido que reajustar sus objetivos de rentabilidad y electrificación debido a los desafíos que enfrenta en el panorama comercial global. Según el comunicado emitido por la compañía, se enfrentan a un entorno «de mayor complejidad, especialmente en relación con el comercio mundial y los aranceles».
En concreto, el aumento de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos en Estados Unidos y la Unión Europea, así como la desaceleración de las ventas de vehículos eléctricos de alta gama, han obligado a Volvo a revisar sus perspectivas. Ahora la empresa espera un margen EBIT (Earnings Before Interest and Taxes) de entre el 7% y el 8% para 2026, una meta más modesta que la que tenían anteriormente.
A pesar de estos retos, Volvo mantiene su objetivo de lograr la neutralidad del flujo de caja en 2024 y 2025, y empezar a generar efectivo a partir de 2026, cuando espera cosechar los frutos de sus actuales inversiones destinadas a mejorar la rentabilidad.
Volvo reajusta su estrategia de electrificación
Apenas un día después de que Volvo abandonara su objetivo de vender únicamente vehículos eléctricos para 2030, la compañía ha dado a conocer nuevos planes en materia de electrificación. Ahora esperan que para 2025 el porcentaje de productos electrificados vendidos se sitúe entre el 50% y el 60%, una meta más modesta que la original.
Sin embargo, la marca sueca afirma que antes de que termine esta década dispondrá de una gama completa de vehículos totalmente eléctricos, lo que le permitirá dar el salto a la electrificación total «cuando las condiciones del mercado sean adecuadas». Actualmente, Volvo cuenta con cinco modelos eléctricos en el mercado y otros cinco en desarrollo.
A pesar de estos ajustes, el objetivo a largo plazo de Volvo sigue siendo convertirse en una empresa de vehículos totalmente eléctricos y alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040. De hecho, la compañía afirma que su cuota de mercado en vehículos totalmente eléctricos ya se sitúa en el 26%, «la más alta entre todos sus competidores premium».
Perspectivas de Volvo en un entorno desafiante
Las acciones de Volvo se mantienen estables en la Bolsa de Valores de Estocolmo, en torno a las 260 coronas suecas (unos 22,81 euros por título). La marca automovilística, integrada en el grupo chino Geely, ha incrementado su capitalización en más de un 18% en el último año, lo que refleja la confianza de los inversores en la capacidad de la compañía para hacer frente a los desafíos actuales.
Aunque Volvo ha tenido que ajustar sus objetivos de rentabilidad y electrificación, la empresa sigue comprometida con su transformación hacia una movilidad más sostenible. La compañía confía en que sus inversiones actuales y su estrategia a largo plazo le permitirán mantener su posición de liderazgo en el mercado de vehículos premium y eléctricos, a pesar de las turbulencias en el entorno comercial global.