Cuesta entenderlo, pero es así: la factura eléctrica de las empresas electrointensivas españolas es 2,8 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el coste en Alemania. Esto quiere decir que las compañías de este segmento productivo ya pagan por la luz prácticamente el triple que sus competidoras al otro lado de los pirineos y casi el doble en comparación con las alemanas, un desnivel que, para más inri, se ha acentuado en los últimos meses.
En términos porcentuales, en agosto las electrointensivas francesas y alemanas pagaron por el suministro un 180% y un 80% menos, respectivamente, que las españolas. La diferencia ha aumentado respecto a los datos de junio: entonces, la factura por el consumo de electricidad para una compañía electrointensiva en España es 2,6 veces el coste de la energía en Francia y 1,7 veces el coste en Alemania; o lo que es lo mismo, un 161% y un 65% más cara.
Así se desprende del barómetro energético de agosto de la Asociación de Empresas de Gran Consumo Eléctrico (AEGE). Este informe mensual detalla la evolución del precio final de la factura eléctrica pagada por los consumidores industriales en distintos países europeos, desglosando los principales conceptos que la forman y su evolución.
EL SOBRECOSTE DE LAS EMPRESAS ELECTROINTENSIVAS
AEGE agrupa a las industrias electrointensivas, es decir, aquellas para las que la electricidad es un factor primordial en su proceso. Generalmente estas actividades pertenecen a la industria básica, que es aquella dedicada a la transformación de las materias primas, y por tanto, requiere una mayor cantidad de mano de obra y de energías que otros sectores industriales. En estas industrias el coste energético puede llegar a suponer un 50% de los costes de producción.
En este contexto se engloban los sectores metalúrgico, químico, siderúrgico, y gases industriales. Por tanto, para empresas como las acereras Acerinox y AcelorMittal o la química BASF, un coste eléctrico superior al de sus contrapartes europeas supone una grave merma en su competitividad.
La factura eléctrica de los clientes industriales está formada por los costes de adquisición de la energía, que incluye la energía en el mercado mayorista y costes añadidos al precio del mercado; así como por los peajes de acceso a las redes eléctricas, cargos e impuestos. Adicionalmente, el consumidor electrointensivo europeo obtiene distintas compensaciones por su contribución al sistema eléctrico y por la compensación de las emisiones indirectas de CO2.
LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS
Al analizar las causas que provocan la disparidad entre la tarifa eléctrica de las compañías españolas del ramo en comparación con la de sus pares europeas, AEGE contempla distintos factores. En primer lugar, es de destacar que la gran industria de Francia adquiere un 62% de su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos, a través de la tarifa ARENH, a 42 euros el megavatio hora (€ MW/h).
Por otro lado, los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 12 € MW/h.
Finalmente, AEGE incluye en la ecuación las compensaciones por dióxido de carbono (CO2) indirecto; esto es, las ayudas públicas para financiar proyectos que capturen las emisiones contaminantes. En este aspecto, el apoyo público que obtienen las industrias electrointensivas en Francia o Alemania es sustancialmente superior al que recibe la industria nacional, que está limitado por la indisponibilidad presupuestaria. Concretamente, en Francia acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 10 € MW/h, mientras que en Alemania son 33 € MW/h superiores.