¿Qué pasa en Soltec? Es la pregunta que emerge tras el torbellino interno que ha vivido la compañía en los últimos días. Apenas un par de meses después de que la junta de accionistas avalase la gestión de la directiva, ha rodado la cabeza del fundador Raúl Morales, cuyo cargo ha sido asumido por un Marcos Sáez al que han despojado de funciones ejecutivas. El caos contable que enfrentó a la compañía con Ernst&Young (EY) ha sido el motivo oficial esgrimido para la salida de Morales, que a la postre resulta en la concentración del poder orgánico en manos del CEO, Mariano Berges.
DRÁSTICOS CAMBIOS ORGANIZATIVOS
El pasado martes 24 de agosto, el consejo de administración de Soltec acordó nombrar a Sáez, hasta entonces consejero dominical de la sociedad, como nuevo presidente no ejecutivo. Su nombramiento se producía después de que Morales presentase su dimisión de la presidencia ejecutiva de la compañía.
Según manifestó la empresa, la decisión de Morales ocurre tras las discrepancias expresadas por EY, auditor externo de Soltec, en el proceso de formulación de las cuentas anuales consolidadas del ejercicio 2023. El ya ex presidente continuará como consejero dominical en representación de su participación accionarial.
Como presidente sin funciones ejecutivas, Sáez participará en la planificación estratégica, pero no tendrá capacidad para tomar decisiones operativas ni influencia en la gestión diaria de la empresa
Como presidente sin funciones ejecutivas, Sáez participará en la planificación estratégica, pero no tendrá capacidad para tomar decisiones operativas ni influencia en la gestión diaria de la empresa.
Se da la circunstancia de que Sáez es uno de los hombres de confianza del empresario que, junto al defenestrado Morales, hizo posible el nacimiento de la fotovoltaica. El nuevo presidente no ejecutivo cuenta con un amplio bagaje en Grupo Corporativo Sefrán, propiedad del cofundador y máximo accionista de Soltec, José Francisco Moreno Riquelme.
Esta nueva configuración directiva deja a Mariano Berges del Estal, que desempeñaba el cargo de consejero delegado de forma mancomunada con Morales, como nuevo CEO único. En otras palabras, la crisis contable con EY, que se presumía enterrada, ha acabado con Berges como mandamás incontestado dentro de la cúpula operativa de Soltec.
LA BATALLA CONTABLE ENTRE SOLTEC Y EY
A finales de febrero, la compañía fotovoltaica presentaba sus resultados 2023, que reflejaban unas decentes cifras: incluían 11,7 millones de euros de beneficio neto en 2023, con unos ingresos consolidados de 587,2 millones de euros -un 3% más que en 2022-, un resultado bruto de explotación (Ebitda) consolidado de 56,5 millones de euros -un 73% más- y un margen de Ebitda del 9,6%.
Un mes después, la directiva tuvo que publicar una versión corregida del balance, que lejos de registrar ganancias reflejaba unas pérdidas netas de 23,4 millones de euros.
UN MES DESPUÉS DE PRESENTAR UNAS MUY SANEADAS CUENTAS 2023, LA COMPAÑÍA SE VIO OBLIGADA A COMUNICAR UNA VERSIÓN CORREGIDA Y LLENA DE PÉRDIDAS, DEBIDO A LAS DISCREPANCIAS CONTABLES CON EY
La versión de Soltec es que se vio obligada a corregir sus resultados «por una diferencia con el auditor, Ernst & Young (EY), sobre el criterio temporal de reconocimiento de ingresos, al dejar de registrar en 2023 un total 192 millones de euros de devengos por suministro de seguidores solares, junto con sus costes correspondientes por importe de 144 millones de euros». El texto afirmaba que las cuentas publicadas en febrero sí incluían estos ingresos y gastos, lo que explica la incongruencia contable.
Chorreando sudores fríos, la compañía consiguió llegar a un entendimiento con las entidades financieras vinculadas a su división industrial, Soltec Energías Renovables, para ampliar el vencimiento de su póliza de crédito y línea de avales hasta el próximo 30 de septiembre, con una prórroga tácita hasta el 30 de noviembre.
EY respondió expresando «dudas significativas» sobre la capacidad de la compañía auditada para permanecer activa en el mercado, fiando su futuro a un crédito de 90 millones de euros que no había sido renovado. Este préstamo fue firmado por Soltec con un sindicato de entidades financieras, con el objeto de financiar sus proyectos específicos de suministro e instalación del segmento industrial.
LA JUNTA DE ACCIONISTAS DE JUNIO AVALÓ LA POSICIÓN DE BERGES Y MORALES COMO CEO Y PRESIDENTE EJECUTIVO, RESPECTIVAMENTE. AHORA, CON MORALES FULMINADO, ESE EQUILIBRIO YA NO EXISTE
En última instancia, el crédito fue prorrogado, y el 25 de junio la firma celebró una junta general de accionistas que parecía enterrar el mal trago de la auditoría. La junta dio su bendición a la gestión directiva y respaldó el reparto de poder entre Berges y Morales, ahora quebrado.
La asamblea, celebrada en Murcia con la representación del 66,61% del accionariado, respaldó la propuesta de separar los roles de consejero delegado y presidente. Berges asumía el nuevo cargo de consejero delegado, mientras que Raúl Morales se mantenía como presidente ejecutivo. Ahora, con Morales fulminado y su cargo transformado en una figura casi simbólica, este equilibrio ya es historia.