El fabricante chino de vehículos BYD ha decidido paralizar cualquier inversión en la planta que tenía previsto levantar en México hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Esta decisión se debe a que un posible cambio en la política comercial estadounidense podría modificar los calendarios y planes de la compañía.
BYD estaba explorando la construcción de una planta en tres posibles ubicaciones en México para la producción local de automóviles. Una de las zonas que se consideraba era la ciudad de Guadalajara, donde en la última década varias empresas tecnológicas se han establecido. El grupo chino llegó a enviar una delegación en marzo para inspeccionar el lugar.
Seguimiento de la estrategia de Tesla
Esta decisión de BYD se suma a la estrategia similar iniciada en julio por otro fabricante de vehículos eléctricos, Tesla, que también paralizó el levantamiento de su gigafactoría en Nuevo León a la espera del resultado de las elecciones en el país vecino. Tesla había anunciado planes para construir una planta en ese estado con una inversión estimada de hasta 10.000 millones de dólares en varias fases.
México podría ser uno de los centros de producción clave de BYD en el extranjero, junto con las plantas que está construyendo o ya opera en Brasil, Hungría, Turquía y Tailandia. Por el momento, BYD ha informado de que los vehículos fabricados en México se destinarán al consumo local, aunque el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá surge como una estrategia comercial para evitar la imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos por parte de Washington.
Enfoque en el mercado local y regional
La cautela de BYD y Tesla ante la incertidumbre política en Estados Unidos refleja la importancia que estos fabricantes de vehículos eléctricos otorgan a la estabilidad y previsibilidad de los marcos regulatorios y comerciales en la toma de decisiones sobre sus inversiones internacionales. Ambas compañías parecen preferir esperar y observar cómo evolucionan los acontecimientos políticos en Washington antes de avanzar con sus planes de expansión en México.
Por ahora, BYD tiene la mirada puesta en el mercado local mexicano y en las oportunidades que ofrece el acuerdo de libre comercio regional, lo que podría ser una estrategia más conservadora pero también más segura en un entorno geopolítico tan volátil. La cautela de estos fabricantes de vehículos eléctricos ante la incertidumbre política muestra que las decisiones de inversión en el sector automotriz van mucho más allá de los meros cálculos económicos y financieros, y que factores como la estabilidad política y regulatoria juegan un papel fundamental.