En un clima de creciente preocupación por la gestión del sistema ferroviario español, los principales partidos políticos han elevado sus voces para exigir respuestas y soluciones urgentes. Desde Esquerra Republicana (ERC), Junts y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), socios de investidura del Gobierno de coalición, hasta el Partido Popular (PP) y Vox, todos han expresado su malestar y reclamado la dimisión del ministro responsable, Óscar Puente.
La Crítica de la Oposición: Incapacidad y Caos en la Red Ferroviaria
Durante una comparecencia en la Comisión de Transportes del Congreso, los portavoces de los diferentes partidos han sido contundentes en sus cuestionamientos a la gestión del ministro. Isidre Gavin, de Junts, ha denunciado el lamentable estado de los servicios de cercanías en Cataluña, afirmando que «los servicios operados por Renfe fallan más que una escopeta de feria». Inés Granollers, de ERC, ha criticado la falta de inversiones y la «poca planificación» en la gestión ferroviaria, mientras que Néstor Rego, del BNG, ha señalado que las explicaciones del ministro «sirven de poco» a los usuarios afectados por las «continuas» incidencias, retrasos y suspensión de servicios.
Por su parte, Carina Mejías, de Vox, ha sido aún más dura, pidiendo la dimisión de Óscar Puente por el «caos» que se vive en la red ferroviaria española y el «sufrimiento» al que ha sometido a los usuarios. Héctor Palencia, del PP, también ha solicitado la dimisión del ministro por su «incapacidad total» para gestionar la cartera de Transportes y por haber perdido la «credibilidad necesaria» para ocupar un cargo público.
La Respuesta del Gobierno: Culpar al PP y Priorizar el Transporte Convencional
En contraste, el portavoz de Transportes de Sumar en el Congreso, Félix Alonso, ha reclamado al ministro destinar más atención e inversión al transporte convencional y no centrarse tanto en el transporte de alta velocidad. Por su parte, el portavoz del PSOE de Transportes, César Joaquín Ramos, ha culpado al anterior Gobierno del PP de Mariano Rajoy por las deficiencias en las inversiones comprometidas en Cercanías de Madrid y en Rodalies en Cataluña, así como por la compra de los Talgo Avril, que están generando problemas.
Es evidente que la crisis ferroviaria ha generado un escenario de confrontación política, donde cada partido busca responsabilizar al otro y proponer soluciones que satisfagan a sus respectivas bases electorales. Sin embargo, lo que está en juego es la calidad y la fiabilidad de un servicio público esencial para la movilidad de millones de ciudadanos en todo el país.